Ciertos estudios se empeñan cada vez más en diferenciar los efectos que el amor o desamor causa en hombres y mujeres.
Al parecer, ambos los sufren de manera distinta y un estudio recientemente presentado en la reunión anual de The Associated Professional Sleep Societies, devela y desvela con respecto a sus conclusiones: "las mujeres que están felizmente casadas duermen con mayor facilidad que las que atraviesan relaciones tormentosas".
Sin cuestionar la diferencia en cuanto a sexos, aquí se muestra que quienes definieron sus relaciones como "felices y estables" reportaron menos problemas a la hora de dormir y mayor tiempo de descanso. También demostraron ser menos propensas a despertar durante la noche que aquellas féminas que se encontraban en relaciones poco felices.
Paréntesis, ¿quién no ha sufrido de insomnio luego de una pelea o separación? O incluso, con su pareja al lado, en medio de una crisis, mientras el otro dormía placenteramente.
Esas noches interminables en que las horas pasan y el sueño queda suspendido. Y la cabeza no para, mientras que el cuerpo permanece horizontal, dando vueltas y pidiendo a gritos algo de descanso. Pero las horas siguen de largo, y los pájaros ya empiezan a cantar. Un nuevo día comienza. Suena el despertador, sólo media hora después de haber podido conciliar el sueño. No es justo...
Cerramos paréntesis para volver al estudio: "el matrimonio puede ser bueno para el sueño, si es feliz", aseguró Wendy M. Troxel, la investigadora a cargo y psicóloga de la Universidad de Pittsburgh, y agregó que un matrimonio infeliz puede constituir un factor de riesgo para los trastornos del sueño.
Según la psicóloga, la pregunta del millón es qué ocurre primero. Si es la pareja caótica que conduce al mal sueño o el problema del insomnio contribuye al deterioro en la pareja.
Para desentrañarlo, se planean estudios futuros para resolver esa cuestión ya que "una persona que no duerme está más irritable y tiene menores niveles de tolerancia, lo cual posiblemente afecte su relación. Pero sospechamos que ocurre lo contrario", explicó Troxel.
Un matrimonio en crisis afecta la calidad del sueño porque la persona intenta dormir al lado de la otra con la que tiene problemas, y eso resulta estresante. Mientras que una unión sana y pacífica proporciona una sensación de seguridad y bienestar, lo cual contribuye al sueño placentero.
Sin dudas, los excesos de conflictos en la vida diaria dificultan el buen dormir. Algunos consejos de la especialista se basan en dar fin a las relaciones insanas, practicar yoga o técnicas de relajación y ejercitar buenos hábitos de sueño tales como acostarse y levantarse a la misma hora, diariamente.
¿Alguna vez el mal de amores te provocó desvelo nocturno? ¿Creés que es diferente en hombres y mujeres?
Fuente consultada: healthfinder.gov