En verano, cuando empieza la temporada de humedad y calor, el problema vuelve a repetirse en miles de hogares: los mosquitos invaden la casa y arruinan cualquier plan de descanso. Más allá de los aerosoles, pastillas y dispositivos eléctricos, existe un recurso simple y barato que muchos desconocen. Y lo tenés más cerca de lo que creés: las latas de durazno.
Aunque suelen terminar en la basura después del postre, estas latas pueden transformarse en una herramienta útil y efectiva. Con un poco de creatividad, es posible reutilizarlas para fabricar un soporte funcional que permita colocar el espiral clásico que se utiliza para combatir los insectos. Así, un residuo se convierte en un aliado contra las picaduras.
CÓMO AHUYENTAR MOSQUITOS CON LATAS DE DURAZNO
La idea principal es sencilla: usar latas de durazno para armar un porta espiral casero, resistente y pensado para exteriores o balcones, donde los mosquitos suelen acumularse. Para hacerlo, basta con contar con dos envases metálicos limpios, pintura, un cortador y algo de alambre. De este modo, se obtiene una estructura económica, reciclada y durable.
El procedimiento es muy simple.
Primero, hay que cortar ambas latas hasta obtener secciones bajas, de tres o cuatro centímetros de altura.
Luego, se recorta un semicírculo en una de ellas para crear la curvatura externa.
El paso siguiente consiste en encastrarlas y doblar las aristas internas para asegurar la unión.
Una vez armada la base, llega el momento estético: pintarla y dejarla secar. Con dos manijas de alambre y un soporte central en forma de U, queda listo el sistema para sostener el espiral.
Este método casero permite ahuyentar mosquitos sin gastar dinero, al tiempo que se reutilizan materiales que normalmente descartamos. Además, sirve como un complemento perfecto para patios, jardines, quinchos y ventanas abiertas.
Una idea simple, funcional y que muchos ya están adoptando en redes sociales: usar lo que tenemos a mano para vivir mejor.