El presente de Jimena Barón está marcado por la transformación. A pocos meses de la llegada de Arturo, su primer hijo junto a Matías Palleiro, la artista se enfrenta a una etapa de reorganización personal, profesional y familiar.
Su hogar, que supo ser el refugio perfecto antes del embarazo, hoy se le queda chico: el bebé aún no tiene su propio cuarto y su hijo mayor, Momo, está por terminar la primaria, preparándose para el salto a la secundaria.
Esa combinación de nuevas rutinas, crecimiento familiar y falta de espacio impulsó a la cantante a abrir su corazón en redes sociales, donde contó que comenzó a evaluar una mudanza a zona norte. “Yendo a ver una casa en zona norte”, escribió en una de sus historias de Instagram, mostrando el viaje y hasta quejándose del tráfico de la zona.
Aunque segundos después, fiel a su estilo, se contradijo entre risas: “Me quiero ir a mi casa”.

UN PROCESO FAMILIAR
En sus redes, Jimena compartió con honestidad la encrucijada que vive su familia. “Momo está en sexto grado. Le queda sexto y séptimo. Y va a un primario precioso que no tiene secundario, así que estamos en ese momento de elegir una escuela nueva”, explicó.
La actriz destacó que, mientras su hijo mayor se prepara para esa transición, Arturo pronto comenzará el jardín de infantes, y ambos procesos coinciden con la necesidad de reorganizar el espacio del hogar. “Estamos fuera de espacio, y además tengo ganas de cambiar un poco el aire”, contó.

Entre las risas que caracterizan sus reflexiones cotidianas, Barón confesó que la mudanza también responde a un anhelo personal: vivir más cerca de la naturaleza.
“Siento que quiero ser una persona medio como Meghan, la esposa de Harry, que tiene una huerta. Estoy empezando a planear tener ese tipo de problemas: que no me crezca el tomate, que la lechuga esté medio opaca. Esa es mi idea”, bromeó.
El deseo de un entorno más verde, con pasto, árboles y espacio para jugar, aparece como una nueva etapa de su vida, donde la prioridad está puesta en el bienestar de la familia.
“Y tener pasto, tener la huerta, que este chico (Matías) tenga su remo, que Momo tenga su metegol y un altillo... Eso está pasando en nuestras vidas”, resumió.
LOS SENTIMIENTOS DE JIMENA BARÓN
Sin embargo, la decisión no está tomada. En su característico tono espontáneo, Jimena Barón reconoció que todavía no logra definirse entre la tranquilidad del verde y el ritmo de la ciudad.
“Todo es duda, ninguna certeza. Viví un tiempo en un country, ahí nació La Tonta. No es lo mío, ¿viste? Como querer comprar una gaseosa y tener que agarrar el auto. A mí me gusta decir ‘quiero empezar cerámica’, googlear y tener un taller a cuatro cuadras”, expresó.

Con humor y realismo, enumeró lo que busca en su próximo hogar: “Pasto, árboles, huerta, pileta, sauna... Necesito espacio. Pero también me gusta Capital, la cafetería, ver humanos. Me gusta Capital. Entonces no estoy nada segura, pero estoy para el pasto. Para eso, básicamente”.




