A casi un año de que el gobernador de Tucumán, Osvaldo Jaldo, denunciara que su CUIT era utilizado para ingresar ropa importada al país, la Justicia Federal de Tucumán resolvió procesar a la cantante santiagueña Valentina Olguín por el delito de contrabando simulado en concurso real, lo que agrava su situación judicial y la obliga a presentarse a declarar ante un tribunal.
La medida fue dispuesta por el fiscal federal Agustín Chit, quien amplió la imputación sobre la joven artista de 26 años, conocida por su faceta de cantante e influencer, y que mantiene una activa carrera con giras por distintas provincias. Chit tomó el control de la causa luego de que otras jurisdicciones —entre ellas Buenos Aires, La Pampa y Entre Ríos— se declararan incompetentes frente a denuncias similares.
LA TRAMA DETRÁS DEL CASO
La investigación comenzó cuando Jaldo detectó que su CUIT había sido utilizado en operaciones de importación de ropa vía courier, mecanismo que permite sortear las limitaciones impuestas por la AFIP. Luego se sumaron denuncias de otros mandatarios como Axel Kicillof, Marcelo Orrego, Rogelio Frigerio y Sergio Ziliotto, quienes también habrían sido víctimas del mismo modus operandi.

De acuerdo con el expediente, Olguín realizó 16 operaciones de compra en el exterior: cinco a nombre de Jaldo, cinco de Ziliotto, cuatro de Kicillof, una de Frigerio y otra de Orrego. En el caso del gobernador de San Juan, las fuentes judiciales detallaron que se logró un acuerdo de resarcimiento por 500 mil pesos, monto que será donado al Hospital de Niños de esa provincia.
Como consecuencia, la causa quedó radicada en Tucumán, donde se originó la denuncia, y el fiscal Chit decidió agravar los cargos e impedir que la joven salga del país hasta que brinde su testimonio. La declaración indagatoria fue fijada para el 4 de noviembre a las 10 en los tribunales tucumanos. Además, el juez federal José Manuel Díaz Vélez ya le había impuesto en mayo un embargo por 5 millones de pesos.
QUÉ DIJO VALENTINA OLGUÍN
En declaraciones con Clarín meses atrás, Valentina Olguín intentó desligarse de la acusación y aseguró que “no robó ni estafó a nadie”.
Según su versión, la ropa provenía de Estados Unidos, enviada por una marca con la que colaboraba como influencer: “Me mandaban ropa de la marca Revolt, ellos pagaban los impuestos. Pero necesitaba varios CUIT porque solo se permiten cinco importaciones por año. Buscaba CUIT al azar, de mi familia o amigos… y desde la ignorancia llegué a nombres de gobernadores.”

La artista reconoció su error y dijo estar arrepentida: “No sabía que estaba cometiendo un delito. Fue por apuro y desconocimiento, no por estafar. Soy consciente de la gravedad del asunto.”