Desde su estreno, el 20 de marzo, El Hoyo figura entre los primeros puestos del Top 10 de lo más visto de Netflix. Gran triunfadora del Festival de Sitges, la ópera prima de Galder Gaztelu-Urrutia propone un futuro distópico en el que las personas se dividen por parejas y en distintos niveles.
Con una premisa parecida a la de la película Snowpiercer de Bong Joon-ho, pero en sentido vertical, la película presenta a Goren, su protagonista, encarnado por un talentosísimo Iván Massagué, quien se adentrará de manera voluntaria en el hoyo, una especie de cárcel con diferentes niveles donde cada día baja una mesa llena de comida para que los reclusos se alimenten.
Pero esto no es todo, los niveles más altos pueden disfrutar de mayores manjares a la hora de comer, mientras que a los niveles más bajos apenas llega comida por lo que los huéspedes lucharan por sobrevivir a como dé lugar. Con magistrales diálogos, se trata de un thiller de ciencia ficción que permite reflexionar y hacer una crítica a la sociedad actual en varios aspectos. Primero, al mostrar el individualismo y como cada persona solo lucha por su bien sin centrarse en las consecuencias de sus acciones en el resto. Segundo, con su metáfora sobre la lucha de clases y como las personas de las clases superiores ignoran por completo al resto de la sociedad.