Flea, el famoso bajista de la agrupación Red Hot Chili Peppers (RHCP), se sinceró con la revista Time sobre su complicada adicción a las drogas, y el largo camino que continúa transitando para ser una persona más sana y estable.
“Siempre estuve involucrado en el abuso de sustancias desde que nací. Las personas adultas que estuvieron en mi vida, usaban drogas para enfrentar sus problemas. Es decir, el alcohol y las drogas estaban en cualquier parte, por donde mirara”, relató el artista de 55 años, cuyo verdadero nombre es Michael Peter Balzary.
Añadió que empezó a fumar marihuana a la corta edad de 11 años, y desde aquel momento su adolescencia se vinculó a ese mundo oscuro, siguiendo así en sus veinte.
“Tomaba drogas para calmar mi ansiedad. Llegué a los 30 y vi cómo tres compañeros murieron por sobredosis. Eso y el convertirme en padre me inspiró a salir del hábito”, destacó el norteamericano.
Justo cuando pensó que había encontrado una razón para mantenerse sobrio, tuvo una fuerte lesión en el brazo mientras practicaba snowboard, que requirió cirugía y un posterior tratamiento con analgésicos.
“Mi médico me dio drogas por dos meses. Era una gran dosis. Reprimió mi dolor físico y mis emociones. Entré en depresión. También eliminó mi espíritu creativo. Opté por dejar de tomarlos, porque odiaba en lo que me estaba convirtiendo”, señaló Flea.
Su experiencia lo obligó a impulsar una campaña para que se monitoree y controle la prescripción de opioides, ya que eso le puede pasar a cualquier persona, sin importar su edad, raza, o profesión.
“Personas perfectamente cuerdas pueden volverse adictas a esos medicamentos, y terminan muertas poco después. A la adicción no le importa saber quién eres tú. Es una enfermedad cruel y es necesario que la comunidad médica y el Gobierno ayuden a quienes los necesitan”, opinó el músico.