Tom Cruise es quizás la primera referencia que viene a la cabeza cuando se habla de Cienciología, una doctrina religiosa que ha estado envuelta en diversos escándalos a nivel mundial.
El Centro de Investigación en Evaluación y Medida de la Conducta realizó un estudio con personas entre los 15 y los 26 años, el cual arrojó que la mayoría son propensos a la ansiedad, la inseguridad o la tristeza. Muchos tienen un bajo conocimiento de sí mismos y son poco responsables, por lo que tienen poca madurez psicológica.
Esta condición, más los factores sociales y del entorno, las experiencias y vivencias personales, los hacen ser susceptibles de acercarse a lugares que les prometen supuestos cambios positivos en sus vidas. Quizás ahí está una de las claves por las que 6 de cada 10 creyentes de la Cienciología ingresaron cuando tenían menos de 25 años de edad, como es el caso de Cruise.
Tom tenía 24 años, quería ser actor pero también se inclinaba por entrar a un monasterio. Tuvo una adolescencia inestable, se mudaba con frecuencia, su padre era violento y además tenía dislexia. A esa edad, llegó a la Cienciología.
Una persona que va iniciando su vida profesional, con temor del futuro y atormentado por su pasado o por ciertas características físicas, probablemente se entregará 100% a esta doctrina. Tom Cruise declaró públicamente que gracias a ella se curó su dislexia, por ejemplo.
La llamada Iglesia de Cienciología no le permite tener acercamientos con no miembros. Por ello, se ha perdido gran parte de la infancia de su hija Suri, cuya madre es Katie Holmes. Además deben abandonar los objetivos personales no relacionados con la creencia, así que es frecuente ver a Cruise hablando en sus entrevistas de los beneficios de la doctrina, poniendo en segundo plano su desempeño en una película.