En cada "clic" Paula Chaves (33) se mueve como pez en el agua al ritmo que la cámara del fotógrafo le marca. Llevó a la producción de fotos a su perra Renata, un regalo que Pedro Alfonso (38) le hizo cuando todavía eran novios y que hoy es la fiel guardiana de sus hijos Olivia (4) y Baltazar (1). La bulldog francés la sigue en cada uno de sus pasos y, cuando llega el momento, "dueña madre y mascota" posan distendidas como si esta casona fuera su hogar. Unos minutos después la conductora de Bake Off, a dos días de la gran final que consagrará al "mejor pastelero amateur", se acomoda delante de una ventana mientras el día termina.
"Cuando hablé con el Chato y Hoppe sobre la oferta que había tenido de Telefe, me aconsejaron como amigos y nos fundimos en un abrazo. No fue un 'hasta siempre'. Hoy estás de un lado y al siguiente del otro".
Este fue un año importante. Rompió el lazo que la unía a Ideas del Sur, se cambió a Telefe y salió airosa en la animación de un reality que el público abrazó. Apenas unos días antes de la entrevista, la media sanción de la ley por la despenalización y legalización del aborto sacudió a la sociedad argentina, cual fuera la posición tomada y Paula no será ajena a esta cuestión. Ante el grabador de Ciudad explica cómo la sensibilizó y por qué siente que este es un momento histórico. Así, lejos de las poses y los looks, desnudará también los reveses de su profesión: que ya no le divierte que la halaguen por los kilos que bajó, que en su maternidad también existen los miedos y ansiedades, y hasta que su matrimonio no es la novela de "Peter y Paula" que el país amó. Hoy, con toda su seguridad y sus costados frágiles, celebra quién Paula Chaves es en realidad.
-¿Cómo fue este cambio de Ideas del Sur a sumarte a las filas de Telefe con Bake Off?
-Fue algo muy natural porque se habló mucho. En ningún momento fue tenso, pero sí fue doloroso para mí dejar la familia de Ideas... después de tantos años de aprendizaje. Me dieron una posibilidad muy grande de conducir un programa de lunes a viernes en un canal súper importante como es eltrece. Es un training increíble, ganás mucha experiencia. Una vez José María me dijo: “de lo que te arrepentís un día, quedate tranquila porque al siguiente podés corregirlo y tenés tu revancha”. Me costó a nivel sentimental saber que no iba a volver al estudio de ShowMatch, al programa donde hice amigos y compañeros como son el Chato, Fede, Jose, los panelistas... Cuando hablé con ellos sobre la oferta que había tenido de Telefe, me aconsejaron como amigos y nos fundimos en un abrazo. Tampoco fue un “hasta siempre”, viste cómo es la televisión... hoy estás de un lado y al siguiente de otro.
"En la pareja te cambia tener un hijo y cambia tener dos. Siempre estás con un chico en el medio, querés hablar y te gritan al lado. Si cuando se duermen los chicos tenemos nuestro momento solos. Miramos series, comemos del pote de kilo de helado. Si tenés un hijo y querés que tu vida siga como era antes, va a ser muy difícil".
-Este es el show era un programa aguerrido, que laburaba con polémicas y navegando aguas que parecen fáciles pero no lo son. ¿Sentís que te dio otra cintura a la hora de conducir?
-Sí, después de eso, estoy re tranquila. Igual en Este es el show yo siempre buscaba ponerme en la otra postura. Ver que podía pensar el otro, ponele, cuando hablábamos de un famoso que no nos había dado nunca una nota. Intentaba parar y preguntarme por qué pasaba eso. Pensar que no nos podíamos enojar porque tal vez él tenía un mal día. Trataba de no meterme en líos, aunque en algún despelote terminé. Cosas de inexperta.
-¿Algunos famosos te han pedido explicaciones o se enojaron por lo que habías dicho o habían mostrado en el programa?
-Miles de veces. No sabés los llamados por teléfono que hemos tenido. “¡¿Por qué dijeron esto?!”, “¡¿por qué dijeron tal otra cosa?!”. Y para nosotros era “bueno, pará, estás en tu casa, relajate”. Es entendible que se enojen, pero decíamos “¿es para tanto?”. Aparte llamaban todos, desde la primera figura del momento, la que acaparaba ShowMatch y daba los picos de ratings, hasta el bailarín que se había enojado porque habían dicho algo de él. Yo estuve de los dos lados y también entendí el juego. Me enojaba cuando estaba como participante del Bailando por cosas que decía José María. Después entendí que hay que hacer un programa de dos horas... ¡y hay que opinar!
"Tenía muchas ganas de hacer un programa como Bake Off. Soy la conductora del programa, pero siento que los protagonistas y los que se lucen son ellos. Tenía muchas ganas de contar lo cotidiano a través de la pastelería".
-¿Cómo te animaste a la conducción de Bake Off, un reality show muy distinto a lo que venías haciendo?
-Me encanta, tenía muchas ganas de hacer un programa así. Si bien soy la conductora del programa, siento que los protagonistas son ellos y está bueno dejarles todo servido para que se luzcan. En Bake Off el alma son los pasteleros amateurs que buscan consagrarse como los mejores. Me gustó poder acompañar, estar ahí y son cosas que no se ven en una prueba que dura tres horas. Voy y vengo, superviso y hay cosas que salen de la edición del programa. Lo que se vive en esa carpa es increíble. Se daban historias muy lindas en la mesada donde los participantes hacen sus preparaciones. Tenía muchas ganas de contar lo cotidiano a través de la pastelería.
"Cuando sos mamá y estás 24 horas con los chicos, no tenés diálogo con una persona adulta, te saturás un poco. Perdés la paciencia. Trato de explicarles que yo también estoy nerviosa, que me pasan cosas, que me equivoco y, de vez en cuando, me gusta pedirle perdón a mis hijos".
-Tu carrera comenzó en el 2003 con Súper M, que también era un reality. ¿Influye a la hora de conectar con los concursantes de Bake Off, que igual que vos llegaron al programa con su sueño?
-Nunca me comí el personaje de “porque soy famosa estoy en otro lugar”. Me siento una persona común y corriente, no estamos en dos lugares distintos o “ellos están buscando su sueño”. Estoy a la par cuando tengo que hablar con Elsa, que es una señora que viene desde Córdoba, o cuando tengo que hacerlo con Gastón o Julia. Me siento igual a ellos, no siento que viví cosas que ellos no vivieron. No vivo una “vida de famosa”. Voy al jardín, al supermercado, al veterinario, llevó a los chicos al pediatra.
-Hace un tiempo recibiste críticas por una tapa que hiciste con el título de “hoy elijo ser ama de casa”. ¿Qué aspectos de la maternidad te joden?
-Cuando sos mamá y estás 24 horas con los chicos, no tenés diálogo con una persona adulta, te saturás un poco. Perdés la paciencia y eso te pasa. Hay veces en las que tengo toda la paciencia del mundo y digo “qué bueno que hoy no tuve que gritar”. En cambio, hay veces en las que grito y después termino diciendo “no, mi amor, perdón”. Trato de explicarles que yo también estoy nerviosa, que me pasan cosas, que yo también me equivoco. Me gusta pedirle perdón a mis hijos, de vez en cuando. Obviamente, quiero marcarles los límites. Pero más que límites, guiarlos y enseñarles lo que está bien, lo malo y dejarlos ser libres, que se expresen. A veces grito, me frustro o lloro junto a ellos. O porque me tocó un día un poco angustiante.
-¿En qué momentos te agarra ese bajón?
-No me gusta estar sola en casa. Me pasaba en ese momento en el que Pedro trabajaba mucho, pero por suerte hoy está más. No soy de quedarme sola de noche, no me gusta. Siempre trato de estar acompañada con una amiga o que mi mamá se quede conmigo. No sé con qué se relaciona, pero ya de chica no me gustaba dormir sola. Me acuerdo que siempre agarraba a Gon, mi hermano, y lo pasaba a mi cuarto. ¡Desde chiquita me gustaba dormir con alguien pegado! (risas).
"Me emocionó mucho la media sanción del aborto legal. Esa plaza va a ser estudiada en historia por las próximas generaciones. La veía a Olivia y pensaba que esto era para ella. Que la mujer, de a poquito, pueda alzar su voz y empezar a lograr más cosas, así como nuestras abuelas lograron el voto".
-Cambiando de tema, se acaba de conseguir la media sanción de la ley de despenalización y legalización del aborto. ¿Cómo lo viviste?
-Me emocionó mucho. Sentí, cuando vi en esa plaza a esas mujeres alzar sus pañuelos, que las próximas generaciones van a estudiar en historia lo que hoy estamos viviendo. La veía a Olivia y pensaba que esto era para ella. Que la mujer pueda alzar su voz y empezar a lograr más cosas. Nuestras abuelas lograron el voto y hoy se pudo conseguir esta media sanción que es muy importante. No solo por el hecho en sí del aborto, creo que acá nadie está pensando si está bien o no matar una vida, eso se puede discutir en otro plano. Acá el punto está en empatizar con el otro, pensar en el otro. Es para la mujer que no tiene acceso a la prevención, la que tiene siete hijos y quedó embarazada del octavo, tal vez porque su marido la obligó a tener relaciones y ella no quería. Tengo una amiga que trabaja como asistente social y hay gente que realmente no sabe de métodos anticonceptivos. Me contaba de una mujer que ponía las pastillas anticonceptivas en el mate o en la jarra de agua, o de otra que directamente ponía el preservativo abajo de la cama. Parecen en chiste, pero son cosas que suceden. O mujeres con muchísimos hijos que ni siquiera pueden mantenerlos. Lo que se sancionó fue para ponernos un segundo en el lugar de ellas, del otro, eso que nos falta en un montón de aspectos.
-Con dos hijos ¿Cómo fue evolucionando tu pareja con Pedro durante estos años?
-Cambia todo. Cambia tener un hijo y cambia tener dos. Es menos tiempo el que uno le dedica a la pareja en lo diario y hay que buscar los momentos. Siempre estás con un chico en el medio, querés hablar y te gritan al lado. Tenés que buscar minuto a minuto para poder hacerlo. Sí, cuando se duermen los chicos tenemos nuestro momento solos. Miramos series, comemos del pote de kilo de helado y uno va buscando que las cosas cambien. Está bueno darle lugar a esos momentos porque, para mí, si tenés chicos y querés que tu vida siga como era antes, es un poco egoísta para ellos. Está bueno darles el protagonismo y la prioridad porque son chiquitos y la vida pasa tan rápido. A nosotros nos gusta viajar con ellos y tratamos de pasar la mayor parte del tiempo. Si tenés un hijo y querés que tu vida siga como era antes, va a ser muy difícil.
"Siempre me felicitan porque estoy flaca. Yo en mis embarazos engordo mucho y ahora me dicen 'que bien que estás, qué flaca estás'. ¿Por qué no me premiabas antes cuando pesaba 95 kilos y estaba feliz de la vida con un embarazo bárbaro?".
-¿Qué criticabas de tu mamá, o de tus padres en general, y te encontrás cayendo en esos mismos lugares?
-¡Yo estoy haciendo lo mismo que mi mamá! La tengo en mi cabeza todo el tiempo diciendo “estoy podrida de juntar los juguetes”. Esa es mi mamá y lo digo todo el tiempo. A veces me salen esos comentarios de “¡te vas a lastimar!” o “¡te vas a caer!”. No, tenés que decir “te podés caer, te podés lastimar”, porque sino se lo estás afirmando. Veo que saltan del sillón a la cama y me sale un “cuidado”. Trato de relajarme y dejarlos, porque hay que cuidar a los chicos, pero también es necesario que se golpeen. Antes era muy de juzgar la maternidad y las formas de ser madre. Hoy me di cuenta que no podés, porque a cada una le pega como le pega. Todo lo contrario, hay que alentar a las madres porque desde el lugar que pueden y sus condiciones, hacen lo que consideran mejor para darles a sus hijos todo el amor del mundo. Antes de juzgar, hay que extender la mano y apoyarnos.
"¡Olivia es una mini Lali Espósito! Es muy chiquita para la televisión, pero a ninguno de los dos les gusta. A mi nunca mis padres me cargaron con nada. Yo quiero que ellos sean lo que quieran ser y los voy a acompañar".
-Olivia es una pequeña estrella y recuerdo que vos dijiste que te hubiera encantado ser una “chica Cris Morena”. ¿Le decimos a Cris que esté atenta a la nena?
-¡Y eso que muestro solo un tercio de todo lo que es Olivia! Si llegara a mostrar más tenemos 80 mil videos virales (risas). ¡Es una mini Lali Espósito! No, es muy chiquita para la televisión, mejor que sea después de que termine el colegio. No está bueno quemar etapas, hay tiempo para todo. No le han ofrecido nada en los medios porque saben que, por ejemplo, yo no hago producciones con ellos en las revistas. A Olivia la mostré cuando nació porque era una “obligación” y nunca más hice fotos. A ninguno de los dos les gusta. Oli en una función de prensa se asusta y sé que no disfrutaría tener que hacer una producción de fotos con cambios de ropa. A mí nunca mis padres me cargaron con nada. Cuando era chica siempre estaba el comentario de “vos que sos tan alta, tendrías que ser modelo”. Eran mi abuela y sus amigas, las del club, era lo típico. Yo en cambio quiero que ellos sean lo que quieran ser y los voy a acompañar. Hoy los chicos vienen con mucha más personalidad que los de antes, son distintos. Mi mamá me vive diciendo “¡vos no eras así, esta chica es una luz!”. Estamos evolucionando.
"Ya no tengo la misma cara o el cuerpo que cuando tenía 23 años, pero tampoco busco ese no entregarse al paso del tiempo. Me pasaron por encima dos lindos embarazos y está bueno amigarse con eso. Hay que aceptarse cada uno como es con el paso del tiempo".
-Estamos en un momento en el que se está buscando terminar con ciertos prejuicios y mandatos, sobre todo dirigidos hacia las mujeres. ¿Vos desde que lugar buscás combatirlos?
-Hay que dejar de buscar el estereotipo que nos intentaron meter. Esto de “la modelo”, por ejemplo, hace que a mi siempre me feliciten porque estoy flaca. En mis embarazos engordo mucho y ahora me dicen “que bien que estás, qué flaca estás”. ¿Por qué se lo premia? ¿Por qué no me premiabas antes cuando pesaba 95 kilos y estaba feliz de la vida con un embarazo bárbaro? Yo engordé muchísimo porque soy muy alta, pero esto de premiar la delgadez ya fue. Lo mismo que buscar la perfección a través de lo estético. Obviamente ya no tengo la misma cara o el cuerpo que cuando tenía 23 años, pero tampoco busco ese no entregarse al paso del tiempo. Me pasaron por encima dos lindos embarazos y está bueno amigarse con eso. Hay que aceptarse cada uno como es con el paso del tiempo.
Fotos: Musepic
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff
Video y edición: Leandro Bevilacqua
Maquilló: Celeste Uría
Peinó: Sochi Herrera con productos Garnier Nutriss
Styling: Nicolás Pesce Freijo
Agradecimientos: JTby JT