El camino que recorrió Luciana Salazar (37) para convertirse en madre fue complejo y costoso, y el resultado fue el nacimiento de Matilda (4 meses). Y más allá de que logró cumplir su sueño, la modelo ahora se enfrenta al dilema ético de tener que decidir qué hará con los quince óvulos y cinco embriones femeninos fecundados que congeló en la clínica de fertilidad, en caso de que hubiera necesitado más de un intento para que la subrogación de vientre sea exitosa.
"Los óvulos mueren con la madre en el caso de no haber sido autorizada la donación".
Ante este panorama, Luciana expuso sus dudas. "Según el reglamento de la clínica, si algo malo sucediese, los óvulos mueren con la madre en el caso de no haber sido autorizada la donación. Es un tema muy sensible. Siempre fui pro-vida y medito mucho al respecto. Al día de la fecha solo puedo tener la certeza de que 'hoy' recurriría a la donación en caso de que alguien de mi núcleo más íntimo lo necesitase", afirmó en una nota con la revista Gente.
"El día de mañana, cuando finalmente la edad no me ayude o simplemente decidiera no volver a ser mamá, lo más seguro es que ayude a otras mujeres".
Acto seguido, Luli aclaró: “Y digo 'íntimo' porque, si bien madre es quien dedica su amor en la crianza, no dejarían de ser mis hijos, con mis genes. El día de mañana, cuando finalmente la edad no me ayude o simplemente decidiera no volver a ser mamá, lo más seguro es que ayude a otras mujeres… Pero te repito, es un tema que aún proceso, que me ocupa a conciencia".
De todas formas, Luciana Salazar no descartó cursar ella misma un embarazo para darle un hermanito a Matilda: "Me hubiese gustado tanto llevar en mi vientre a Matilda… Por eso, un embarazo, es algo que no descarto. Si el día de mañana, mi cuerpo responde y mi marco afectivo es el propicio, ¿por qué no? Aprendí que la subrogación no es la panacea. A la distancia también se sufre. Agradezco tanto el cuidado amoroso que la subrogada le dio a mi hija".