Hace un par de domingos, Madonna hizo una fiesta a la tarde fiel a su estilo, pero no todo salió como esperaba: las autoridades de Londres autoridades le tuvieron que pedir que bajara la música.
Pero no fue sólo un pedido, fue una advertencia porque Madonna es recurrente en el tema. La cuestión es así: si la diva del pop vuelve a poner la música demasiado fuerte, deberá pagar una multa de 7.580 dólares, según confirmó al oficina de orden público londinense.
Al parecer los vecinos de Madonna no están muy felices con la presencia de la cantante en el exclusivo barrio de Marylebone, ya que fueron ellos los que se quejaron de la música alta con las autoridades.
Lo que quedó en duda fue si Madonna estaba o no en la casa, si fue ella la anfitriona o lo fueron sus empleados, porque cuando los funcionarios públicos llegaron a la casa se les informó a través del portero eléctrico que la dueña de casa no se encontraba ahí.