El Mastery School es un colegio que reúne a los chicos más caprichosos del mundo. Con un nombre cuanto menos curioso y un uniforme reglamentario multicolor, el establecimiento, exclusivo reúne a una fauna de niños y niñas que van desde lo más encantador hasta el límite de lo soportable. El universo de personajes creado por Mario Schajris y Marcela Citterio, los autores del exitoso Patito feo, para Consentidos (a las 17.30 por El Trece), es lo suficientemente surtido y variado como para que haya de todo. Literalmente. No casualmente, el título del programa iba a ser Malcriados. Algo de este carácter atraviesa como una constante la propuesta.
Hay una hermana perdida, un hijo que quiere (re) encontrar a su madre, un plan de un grupo para escaparse del colegio donde están pupilos, una niña pedante e insoportable (desde Etelvina, en Jacinta Pichimahuida, en adelante nunca faltó este personaje), un pibe que se llama Tupac (en un toque étnico o tal vez para entrar al mercado peruano), una niña adoptada, un baúl mágico, un grupo de tres amigos y una amiga, adolescentes, que tiene una banda musical, padres que están de viaje por Europa, una directora y una secretaria malísima, entre otros muchos personajes.
Por el momento pintan bien Gero (Nazareno Antón), el líder de los más chicos, Luna (Natalie Pérez), la que busca a su hermana menor, Rita (Mariana Prommel), la secretaria de la directora, severa al extremo de la caricatura, y Toto (Manuel Ramos), un improbable cuidador de caballos de 10/12 años enamorado (y rechazado a más no poder) por Miranda (Paloma González Heredia) que es la hija adoptada de Victoria (Claribel Medina) y la hermana de Luna, aunque ignore ambas cosas.
Los infaltables coreos y momentos musicales completan una propuesta que barre con todos los targets y edades. Hay niños pequeños, preadolescentes, adolescentes, jóvenes y adultos, y para cada grupo etario hay un conflicto (o unos cuantos, sería mejor decir).
Habrá que entender que, en una propuesta de estas características, un primer episodio siempre es un bombardeo de presentaciones: personales, de historias y de conflictos, y el tiempo se va encargando luego de decantar cuáles prenden más y mejor en la gente para ir haciéndolos dueños de la cosa. Se verá cuáles sobreviven y cuáles devienen futuras estrellas.«