La elegancia es lo último que se pierde,
mucho después que el pelo,
poco después que los dientes.
La elegancia cae sobre su sombra,
ceniza de espiral cae sobre sí misma.
Yo soy La Muerte Del Tango,
a ver quién me sopla el caracú.
Yo vengo a ganarme el mango
cuando se apaga el cucú,
cuando los bobos clavan las agujas.
Yo soy la Muerte Del Tango,
pretenciosa, un poco mersa,
el fiambre sobre la mesa
es merca de primera, carne de exportación.
En Buenos Aires hay dos clases de individuos,
está el que escupe el asado
y el que lo come escupido.
Pero todos terminan en la balsa
vomitando monedas terminan en la balsa.
Yo soy La Muerte Del Tango,
a ver quién me sopla el caracú.
Yo vengo a ganarme el mango
cuando se apaga el cucú,
cuando los bobos clavan las agujas.
Yo soy la muerte del tango,
pretenciosa, un cacho mersa,
el fiambre sobre la mesa
es merca de primera, carne de exportación.