Dieciséis piezas de artistas internacionales contemporáneos se exponen desde hoy y hasta el próximo 1 de enero en un espacio en el que convive un amalgama de grandes instalaciones, esculturas, actuaciones en directo, películas y trabajos interactivos.
La obra de Jeppe Hein, El laberinto rotante, es un pequeño laberinto de espejos curvados que no dejan de moverse y que alteran la visión. El visitante, quien puede ser contemplado desde fuera de este curioso laberinto mientras ve cómo su imagen se altera y se fragmenta en pequeños trocitos, llega a tener la impresión de que el resto de la galería se encuentra a oscuras.
La pieza central de la exhibición es, sin embargo, la obra de Rita McBride, "Arena 1997", una escultura de fibra de vidrio con forma de butacas de un estadio, que se empleará para albergar la función del 27 de octubre. Otra de las obras más llamativas de la muestra es la "Sweeney Tate 2007" de Mario Ybarra, quien transfirió íntegramente la peluquería en la que tiene una galería de arte en Los Ángeles, Estados Unidos, hasta la misma Tate Modern, a un océano de distancia.
Esa instalación incluye numerosos dibujos y objetos que reflejan la cultura de este milenario negocio. Como parte de la idea de la exhibición, el artista invitará el 3 de noviembre a varios peluqueros internacionales para que participen en un evento de un día de duración en el que se elegirá, finalmente, a un ganador.
Otras de las obras incluyen la instalación de vídeo de Jeremy Deller, "Un golpe para uno es un golpe para todos", que indaga sobre la violenta huelga del Sindicato de Mineros en 1984.
Fuente: EFE