El estreno del documental “50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa” en Netflix volvió a poner en agenda el brutal asesinato del joven de 18 años ocurrido en 2020 a manos de un grupo de rugbiers. Entre los nombres que reaparecieron en redes y foros de debate hubo uno que llamó la atención por su ausencia total en la serie documental: el de Julieta Rossi, la novia de Fernando al momento del crimen.
Julieta estaba en el boliche Le Brique, en Villa Gesell, la noche en la que su novio fue asesinado. Fernando la esperaba afuera cuando fue emboscado y atacado por los ocho rugbiers. Tras el crimen, la joven acompañó a Graciela Sosa y Silvino Báez, participó de las marchas y formó parte de ese enorme duelo colectivo que abrazó a la familia.
Sin embargo, su testimonio no aparece en la producción de Netflix. Y lejos de generar sorpresa, responde a una decisión personal que Julieta tomó desde 2020: no hablar públicamente del caso. La exposición mediática, el peso social del asesinato y el trauma de haber perdido al amor de su vida la llevaron a retirarse de la escena y elaborar un duelo íntimo, lejos de cámaras y entrevistas.
Su padre, Oscar Rossi, contó en su momento que la joven permaneció recluida durante un año tras el crimen. Cuando llegó el juicio en los Tribunales de Dolores, Julieta tampoco asistió. Fue su padre quien se presentó en su nombre y explicó que ella “no estaba emocionalmente preparada” para revivir lo sucedido aquella madrugada en la puerta del boliche.
Incluso el último posteo que Julieta le dedicó a Fernando —hoy oculto de su perfil— evidenciaba su dolor:“Mis cartas de amor van al cielo, que es donde te miro para encontrarte”, escribió ocho días después del asesinato.
Graciela Sosa también se refirió al alejamiento de la joven: “Le trae muchos recuerdos. Perdió al amor de su vida y está tratando de recomponerse como pueda”, aseguró.
CÓMO ESTÁ HOY JULIETA ROSSI Y A QUÉ SE DEDICA
A casi cinco años del crimen, Julieta Rossi rehizo su vida lejos de la carrera que planeaba compartir con Fernando. Ambos soñaban con estudiar Derecho, pero la joven decidió cambiar de rumbo y refugiarse en el arte.
Hoy, con 23 años, Julieta es bailarina profesional y profesora, especializada en reggaeton, urbano, heels y femme style. Su crecimiento artístico es notable: acumula más de 380 mil seguidores en Instagram, donde comparte coreografías que superan el millón de reproducciones y colaboraciones con artistas.
Su carrera tomó impulso en estudios de danza reconocidos de Buenos Aires, donde dicta clases, participa en videoclips y se presenta en shows en vivo. En los últimos años compartió escenario con figuras como Ecko, Connie Isla, Marty D, Aitana y Flor Vigna, y recientemente formó parte de los Premios Ídolo 2025.
En 2023 cumplió uno de sus mayores sueños: viajó a Los Ángeles para perfeccionarse en el prestigioso Millennium Dance Complex, uno de los centros de danza más importantes del mundo. Al volver, escribió emocionada:“Estoy cumpliendo un sueño que tengo desde que soy pequeña y veía con admiración a los bailarines que pisaban este salón”.