Desde Lyon, Carolina Calvagni se conecta cada día con su familia en Buenos Aires, mientras acompaña a Nicolás Tagliafico, defensor campeón del mundo, en su carrera en Europa. Primero fue Holanda, luego Francia. En esa vida itinerante, entre estadios, mudanzas y despedidas, Carolina encontró una certeza: acompañar no siempre alcanza.
“Al principio todo es lindo. Vas a recorrer, lo acompañás en cada partido, pero en la vida diaria es otra cosa. Te encontrás con muchos espacios, mucho tiempo libre. Y llega un punto en el que empezás a replantearte tu lugar: ¿qué querés ser? ¿qué querés hacer?”, confesó.
En diálogo con La Nación, Carolina reconoció que esa reflexión marcó un antes y un después: “A mí me encanta acompañar a Nico y festejar sus triunfos, pero en un momento dije: ‘Che, qué bueno sería que él pueda festejar los míos, ¿no?’”. Esa frase resume su punto de quiebre: el deseo de construir algo propio, de recuperar su identidad más allá del fútbol y de la vida compartida.
Esa búsqueda personal la llevó primero al gimnasio, luego a la terapia. “Había uno justo enfrente de mi casa y encontré en el entrenamiento y el deporte mi lugar seguro. Me empecé a sentir bien, con más energía y motivada. Ese fue el puntapié, el inicio de todo lo que vino después”, contó. El proceso de introspección le permitió redescubrir sus pasiones y conectar dos mundos que siempre la inspiraron: el movimiento y la moda.
Así nació Calvagni, su marca de activewear y athleisure, que lanzó en 2023 y hoy tiene presencia en Argentina, Estados Unidos, España, Países Bajos, Francia y Uruguay. En Buenos Aires, la firma funciona bajo el formato de pop-up stores, priorizando la experiencia y el contacto directo con las clientas. “El emprendedor realmente está 24/7, aunque tengas un equipo espectacular. Todas las responsabilidades y decisiones pasan por vos. En mi caso salió bien porque estoy todo el día atrás”, señaló.

La emprendedora también destacó que no todo es tan fácil como parece desde afuera: “La gente ve solamente lo que brilla. No ven que tal vez pasás cumpleaños sola, que te enfermaste y no tenés a tu mamá cerca… Siempre está en primera plana el dinero, pero no es el centro. No es tan simple tener una marca aunque tengas todas las posibilidades. Si fuese tan fácil, todos tendrían una”.
Entre los momentos más personales, Carolina recordó sus comienzos junto a Tagliafico: “Cuando lo conocí, estudiaba para ser Despachante de Aduana y tenía un pequeño emprendimiento de ropa. Nico me ayudaba con los envíos. Pero cuando él se fue a Holanda tuve que dejar todo: la facultad, mi proyecto... el primer año fue hermoso, pero después todo se vuelve monótono. Es fundamental tener algo propio por tu salud mental”.
Hoy, su marca se encuentra en pleno crecimiento y hasta incorporó una colaboración muy especial. “Hace poco lanzamos la cápsula Calvagni Tres, que nace de la idea de hacer cocreaciones con distintas figuras, y Nico fue el primero. Me divertía invitarlo a mi mundo. Todo lo que se ve de la colección C3 lo eligió él: desde el calce hasta las estampas y los colores. Es una línea masculina, pero también unisex”, contó orgullosa.





