El 10 de septiembre de 2018, después de una larga batalla contra el lupus, Araceli González enfrentó uno de los momentos más dolorosos de su vida: la muerte de su mamá. Aquel día marcó un antes y un después para la actriz, que vivió una etapa atravesada por la bronca, la impotencia y, al mismo tiempo, un cierto alivio al saber que su madre ya no sufriría más.
Seis años después, la artista volvió a conmoverse al encontrar una caja con fotografías de su infancia que creía perdidas. Entre esas imágenes aparecieron retratos de su madre, su abuela y su tía Delfina. “Y un día aparecieron estas fotos que creí perdidas. Tocan la fibra al máximo... Delfina, mi abuela y mi Mamá... ¿qué bellas, no?”, escribió con profunda emoción.
EL RECUERDO DE ARACELI GONZÁLEZ
A lo largo de su carrera, Araceli siempre destacó que proviene de una familia de mujeres resilientes y trabajadoras, que fueron su fuente de inspiración. “Yo sé de dónde vengo. Sé quién me acurrucó y eso hace que vuelva a desplegar alas de seguridad y de pasión”, reflexionó al mirar esas imágenes que la conectan con sus raíces.
La pérdida de su madre fue un verdadero punto de inflexión en la vida de Araceli González. Tras repasar su historia personal y familiar, la actriz sintió la necesidad de reencontrarse con sus raíces y decidió viajar junto a sus hijos, Florencia y Tomás, a Italia, el lugar de origen de su bisabuelo.
En el Piamonte, la actriz recorrió los paisajes de la tierra que su antepasado dejó a finales de 1800 para emigrar a la Argentina y establecerse en Santa Fe. “Quería conocer ese lugar porque sentía la necesidad de saber de dónde vengo”, confesó en aquel entonces.