Sólo pasó un poco más de un mes desde que Paul Walker falleció en un terrible accidente automovilístico y ya se desató una guerra familiar por la herencia del protagonista de Rápido y furioso.
Los padres del actor, Rebecca McBrain, la madre biológica de la hija de Walker (Meadow) e incluso la que era la actual novia del actor, Jasmine Pilchard-Gosnell, son los protagonistas de esta pelea por ver quién se queda con la suma aproximada de 40 millones de dólares.
La razón principal de esta guerra tiene que ver con quién se quedará con la custodia de la hija del actor. Ya que de esa forma, los tutores legales de Meadow hasta que obtenga la mayoría de edad, serán quienes manejen el patrimonio que Paul Walker le ha dejado como legado a la niña, según publicó Star Magazine.