2001, boliche de la Costanera de Buenos Aires, presentación de una nueva temporada de “El Rayo”, conducido por Maria Vázquez. Esa noche, una nube de periodistas rodeaba a la nueva notera del ciclo: Carolina Ardohain. Inmediatamente, su sonrisa captó la atención de todos los argentinos y nació un sex symbol y una estrella: Pampita.
Su gran debut en El Rayo marcaría su carrera: una máquina de facturar, tapa de revistas… y presa de la prensa. Pocas modelos impactaron como ella.
Aquél gran debut marcaría el resto de su carrera, que literalmente fue un rayo. La modelo se convirtió rápidamente en una máquina de facturar, fue tapa de revistas… y presa de la prensa. Pocas modelos lograron impactar tanto como ella y eso le generó (más allá de lo que haya provocado) varias guerras con sus colegas y el conocido escándalo de "la mucamita" (apodo peyorativo, con la que la denominaban otras "desfiladoras" de pasarela).
Su matrimonio con Martín Barrantes (2002–2005) la vinculó con la alta sociedad y con las peleas con el periodismo, al menos durante su escandaloso divorcio. Pero en medio de la decepción conyugal, nada la detuvo y apareció el hombre que le cambiaría la vida: Benjamín Vicuña. Con el actor chileno tuvo tres hijos: Blanca, Beltrán y Bautista.
Tras una decepción conyugal, apareció el hombre que le cambiaría la vida: Benjamín Vicuña.
En el 2008, la pampeana debutó en Bailando por un sueño, junto al bailarín Nicolás Armengol, apenas un mes y medio después de haber dado a luz a su segundo hijo. El jurado la situó entre las mejores del concurso, la llevó hasta la final junto a Valeria Archimó, Maria Fernanda Callejón y Laura Fidalgo, y el público la consagró campeona, quizás en una de las noches más intensas de la historia del certamen. Ese año, tuve la suerte de ser testigo privilegiado de cada uno de sus bailes. También, de ver la dedicación por sus hijos (que varias veces la acompañaron en camarines), y el amor de Benjamín que varias noches pasaba a buscarla o solamente para acompañarla, como un marido más. Compartí su esfuerzo y su tesón, su profesionalismo y tozudez, su espíritu incansable y el fuerte rechazo de sus compañeros, que la querían poco o nada. Y otra vez nada la detuvo, Pampita brilló hasta convertirse en la reina de la pista. Evidentemente, su carisma y su lucha incansable por superarse la llevaron hasta este lugar que hoy ocupa en los medios.
Carolina debutó como jurado de Celebrity Splash. Con su imponente presencia, les advirtió a los participantes que su ojo estaría puesto en la "superación". Quizás, ese sea el motor de su vida y su carrera.
La reencontré en el 2011, en la primera gala de Soñando por Bailar, en la que compartimos el jurado. Nuevamente me sorprendió. Esta vez, con sus precisas devoluciones hacia los debutantes; con gracia, conocimiento y solidez, impartió directivas cual experta en la materia. Siempre sonriente.
Sin embargo, el sábado 8 de septiembre de 2012, Pampita y Benjamín enfrentaron el peor momento de sus vidas: la muerte de Blanca, de solo 6 años, como consecuencia de una neumonía hemorrágica. La tragedia conmovió a todos de ambos lados de la Cordillera, y nos borró la sonrisa.
Esta semana, Carolina debutó como jurado de Celebrity Splash. Con su imponente presencia, les advirtió a los participantes que su ojo estaría puesto en la "superación". Quizás, ése sea el motor de su vida y su carrera.
"Carolina es la mujer de mi vida, una persona con un carisma y un corazón gigante y de una belleza encandilante", declaró alguna vez Vicuña. Sin dudas, todas estas cualidades, más su perseverancia y su instinto superador, convirtieron a la joven Ana Carolina Ardohain Dos Santos en “Pampita”, una de las mujeres más interesantes de nuestro país.