Se habían comprometido en Venecia, en el balcón de Romeo y Julieta, el 14 de febrero de 2008. Pero en 2012 ingresaron ladrones a su casa de Marbella y arrasaron con joyas, relojes y esos anillos.
El jueves 6 de junio, Evangelina Anderson (29) y Martín Demichelis (32) regresaron al país junto a sus hijos, Bastian (4) y la pequeña Lola (5 meses). Tras seis meses en la paradisíaca ciudad española de Marbella, donde dio a luz a su beba, la modelo volvió a pisar tierra argentina.
La revista Gente fotografió a la familia al arribar a Ezeiza, y reparó en un particular detalle. Tras superar el impasse que vivieron a mediados de 2012, la pareja decidió celebrarlo de una particular manera: luciendo unos nuevos anillos idénticos. ¿Hubo recompromiso en España?
Según pudo saber Ciudad.com, las alianzas tienen una singular historia. El primer anillo que Demichelis le regaló a Anderson había sido un Bulgari, con el que simbólicamente se comprometieron en Venecia el 14 de febrero de 2008, en el balcón de Romeo y Julieta. Pero en 2012, unos ladrones ingresaron a su casa de Marbella y arrasaron con joyas, relojes y... esos anillos.
Luego llegó el impasse y la reconciliación. Y la pareja lo celebró adquiriendo unas "alianzas solidarias" que Bulgari confeccionó junto a la ONG Save the Children. Un porcentaje del valor se dona para ayudar a la educación de los niños en el mundo.
Luego llegó el embarazo, la crisis en la pareja, el impasse, la reconciliación y el nacimiento de Lola, con la familia unida.
Por eso, para coronar el gran momento personal que atraviesan, la pareja adquirió en Madrid unas "alianzas solidarias" que esa misma marca italiana confeccionó junto a la ONG Save the Children. Un porcentaje del valor de los anillos se dona a la fundación para ayudar a la educación de los niños en el mundo y varias personalidades internacionales colaboraron con la campaña: Ricky Martin, Sting, Ben Stiller, Jessica Biel e Isabella Rossellini, por nombrar sólo algunas.
Al enterarse, Evangelina y Martín decidieron apoyar la iniciativa con la que, desde 2009, se han recolectado más de 15 millones de dólares en todo el mundo. Una celebración de amor con un fin benéfico. Mejor, imposible.