A pesar de los obstáculos que, constantemente, tiene que superar, Pampita (40) siempre se muestra con una sonrisa de oreja a oreja. Intenta permacer tranquila y, principalmente, serena. Pocas veces, se enfurece en público. No le gusta mostrarse y verse así. Su esencia es otra, pacífica.
Al igual que cualquier mortal, claramente, la jurado de Bailando por un sueño 2018, a veces, se enfurece. Especialmente, cuando ocurre una situación particular. ¿Qué la saca de las casillas?
"¡Cuando llamo a alguna línea de reclamos o consultas y me tienen una hora esperando hasta que se corta la llamada!", reveló Carolina en diálogo con la revista Susana.
¡Con pocas pulgas!