Jamás imaginó que se convertiría en una estrella. Su objetivo principal era vivir del modelaje. Por eso, se alejó de La Pampa para probar suerte en la Argentina. Tras posicionarse como modelo, llegaron oportunidades que no dejó pasar. Además de romperla en las pasarelas, se animó a incursionar -con éxito- en el mundo de la televisión. Sin dudas, apostó y ganó.
Desde que dio sus primeros pasitos en los medios masivos de comunicación, cuando era una adolescente, Pampita (40) está expuesta. Tuvo que superar momentos personales devastadores mientras enfrentaba a las cámaras de televisión e intentaba llamarse a silencio. Sin embargo, superó cada uno de esos obstáculos. Hoy, se siente más empoderada que nunca.
"Soy fuerte, pero también soy muy sensible a todo lo que pasa. Me conmuevo muy rápido, lloro muy fácil por cosas lindas y feas. Me conecto mucho con los demás".
La modelo se considera una mujer fuerte pero, reflexionando sobre su personalidad, confesó que tiene debilidades. "Soy fuerte, pero también soy muy sensible a todo lo que pasa. Me conmuevo muy rápido, lloro muy fácil por cosas lindas y feas. Me conecto mucho con los demás. Siempre me identifico. Si hay alguien que le está pasando algo me identifico rápidamente. No lo puedo evitar. Me encanta tener esa sensibilidad, no la oculto... Es parte de mí", le contó Pampita a Andrea Frigerio en una entrevista para el canal de cable La Nación +.
¡A Flor de piel!