La categoría de los videojuegos Battle Royale ha tenido un éxito indiscutible en los últimos diez años. Estamos hablando de juegos de disparos multijugador con enfrentamientos de todos contra todos, lo que resulta en una especie de supervivencia donde se empieza sin nada y poco a poco se va obteniendo un inventario, al tiempo que se acaba los otros cien hasta que solo quede uno.
El primero en su clase fue PlayerUnknown’s Battlegrounds, que desde a mediados de 2017 captó a millones de jugadores adultos en este título de vastas dimensiones y estética realista.
Después le siguió Fortnite Battle Royale, un juego que se basaba inicialmente en la construcción pero que evolucionó con un modo de juego directo, pasando de solo 7 millones de usuarios a más de 45 millones.
No obstante, resulta obvio que el enorme éxito de este videojuego radica en que es gratuito, a diferencia de otros que por sus altos costos son imposibles de adquirir por los gamers jóvenes que dependen de la manutención de sus padres. Esta joya es totalmente free-to-play por lo que comenzar a jugar no acarrea gasto alguno, independientemente de las horas que se pase jugándolo. Sólo se necesita la consola y una buena conexión a Internet.
Aún y cuando el videojuego es gratuito, a Epic Game le ha generado unos ingresos de más de 126 millones de dólares a través de elementos cosméticos, con esta modalidad creada en tan solo dos meses.
El título también entra por los ojos, ya que cuenta con un motor gráfico creado por la propia compañía: Unreal Engine, que son expertos en el área de animación de los personajes y en la recreación del mundo para que sean atractivos para los más pequeños de la casa y los que ya superen la treintena.
Asimismo, el juego se caracteriza por tener actualizaciones constantes con nuevo contenido cada mes que invita a regresar para conocer cómo afectan esas novedades a las partidas, a lo que se suman las escasas caídas de servidores en línea.