Hard, la nueva producción de HBO realizada en Brasil, cuenta la historia de Sofía, una ama de casa que acaba de enviudar. Elegante, de clase media alta y conservadora, renunció a su carrera para cuidar a su familia. Sin embargo, tras la muerte repentina de su marido, Sofía ve como su vida perfecta se desmorona al descubrir que él le mintió durante toda la vida sobre su profesión y que la herencia que deja viene en la forma de una productora de películas pornográficas que lleva su nombre: SofiX. La protagonista Natália Lage brindó esta entrevista exclusiva para Argentina en la que habló sobre la ficción, una remake de la historia que nació en Francia hace más de 12 años.
-Contanos un poco sobre tu personaje.
-Sofia es una mujer que se recibió de abogada pero no llegó a ejercer la profesión. Sin embargo, tiene una vida en la que las tareas domésticas y su rol de madre le ocupan gran parte de su tiempo. En síntesis, es una vida relativamente tranquila. Todo cambia cuando descubre que vivía una mentira porque su fallecido marido, a quien creía dueño de una empresa de tecnología, en realidad era propietario de una productora de películas porno.
-¿Cómo fue interpretar a Sofia? ¿Cuál fue tu mayor desafío?
-Fue muy bueno conocer a Sofia. Suelo decir que cada personaje que hacemos es como conocer a una nueva persona y hacerse íntima de ella. Y con eso aprendemos mucho también. Sofia es una mujer dedicada, amorosa, valiente y que pone todas sus fuerzas en todo lo que hace. Creo que mi mayor desafío ha sido imaginarme en su lugar siendo madre (algo que aún no soy) y viviendo esa tragedia de la pérdida de su marido y del descubrimiento de todo lo que él le ocultaba. Aunque la serie tenga un tono liviano y flirtee con la comedia, mi acercamiento a ella, sobre todo al inicio de la serie, fue muy dramático.
-¿Qué pensaste cuando leíste el guion?
-Pensé que tenía en mis manos un gran personaje, con un arco dramático muy acentuado y muy bien construido. Y que esa experiencia por la que atraviesa planteaba cuestiones muy pertinentes que deben ser discutidas, como el prejuicio, la posibilidad de reinventarse y de cómo las mujeres son fuertes y guerreras.
-Para adaptarse a su nueva vida, Sofia debe dejar de lado prejuicios para encargarse de la productora de películas porno de su marido. ¿Cómo fue trabajar ese conflicto?
-Fue muy enriquecedor, porque de cierta forma el universo porno era también desconocido para mí. Soy actriz, tiendo a ser una persona abierta y busco, siempre que puedo, revisar mis prejuicios de cerca. Pero fue lindo reconocer en mí misma algunos de ellos y verme destruyéndolos, junto con ella.
-¿Tenés alguna historia divertida o emocionante del set para contarnos?
-Teníamos un set muy alegre y descontracturado. Recuerdo que teníamos un equipo con varias mujeres a la cabeza y, entre ellas, a Lia, que es operadora de audio y que junto con Bruno y Juan (sus asistentes) siempre tocaban samba después del almuerzo. Varias veces los asistentes de dirección tuvieron que sacarme a la fuerza de allá para que me preparara y volviera a trabajar.
-¿Cuáles referencias usaste para crear el personaje?
-Tuvimos un proceso muy profundo de acercamiento al universo porno y al drama personal de Sofia, que me ayudó mucho. Primero hicimos muchas lecturas, charlamos mucho y vimos muchas películas y documentales sobre el tema. Después pasamos por una experiencia riquísima con Fernanda Rocha, que es preparadora de elenco, en la cual pudimos intercambiar ideas con actores porno profesionales y crear un ambiente de intimidad también en las relaciones familiares. Después, ya en el set, seguimos investigando el tono y la medida de cómo hacer ese drama, con la levedad de la comedia, sin perder el realismo tan importante para la serie.
-¿Qué encontrás en Sofia que puede inspirar a otras mujeres a recuperarse en sus vidas?
-Veo una gran capacidad y coraje de aceptarse, de aceptar lo que la vida le ofreció y que en un comienzo parecía tan trágico, pero después se reveló una posibilidad de comenzar casi una nueva vida, en la que se descubrió como una mujer emprendedora, más fuerte y creativa. En la que pudo reencontrar el amor, su sexualidad y reasignar su sentido burocrático, que estaba restringido a las funciones de la casa y los hijos.