Es uno de los comediantes más talentosos de Argentina y se luce tanto en sus unipersonales, como en la conducción de Metro y Medio, el programa radial que lidera desde hace 11 años. Esta vez, Sebastián Wainraich contó con muchísimo humor la anécdota más insólita que le tocó vivir… en un cementerio.
“Ayer a la mañana estaba en una ceremonia de alguien que yo quise mucho. Estábamos en el hall y se me acerca un religioso, de negro, barba, joven, unos 30 años. El señor me encara en el hall de un cementerio, donde nadie está contento ni nadie quisiera estar. Me señala y me dice ‘de la tele, ¿no?’. No me iba a ponerle a explicar que ahora no estoy. ‘Julián Wainruch’. Le dije que sí, no lo corrijo. ‘¿Te querés poner los tefilín?’. Son esos cables que van en los brazos, las cintas”, comenzó su relato.
A pesar de sus negativas, Wainraich debió soportar la insistencia del hombre en la inusual situación. Pero eso no fue todo. Minutos más tarde, una mujer le hizo un singular pedido para levantarle el ánimo a su padre.
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