Hasta 2015 el nombre de Juan Pedro "Peter" Lanzani estaba ligado a grandes éxitos televisivos para jóvenes y niños. Tras más de 10 años de carrera, el actor viró totalmente su rumbo y empezó a ser cada vez más elogiado por sus colegas, los críticos y, por supuesto, el público.
Hoy, a sus 28 años, Peter se convirtió en sello de calidad. Sus trabajos, desafiantes por donde se los mire (El Clan, El Ángel, Equus, Un Gallo para Esculapio) lo transformaron en uno de los mejores actores de su generación. Y él va por más. Tanto en televisión, teatro como en cine, donde hoy está estrenando 4x4, un thriller que lo tiene solo frente a la pantalla grande en casi toda la película.
Con una enorme sonrisa, sentado en una butaca especialmente preparada para la larga jornada de entrevistas previas al debut del filme, se dispone a responder las preguntas de Ciudad.
"En 4X4 tratamos de no estereotipar tanto a Ciro, que es un delincuente. Me gusta que me propongan mundos que no conozco y empiezo a conocer ahora por cruzarme con directores que manejan más este ámbito. Trato de estar más pensando en crecer profesionalmente y trabajar con historias que me dejen una enseñanza, un mensaje y que me hagan laburar".
-¿Cómo estás con el inminente estreno de 4X4?
-Estoy muy contento, estamos muy orgullosos de cómo quedó la película. Hay mucho esfuerzo puesto y todo lo que quisimos hacer lo vimos plasmado en la pantalla. Para mí cumple por demás las expectativas.
-Estás casi 50 minutos solo en pantalla, con primerísimos primeros planos y haciendo una composición de un personaje difícil y polémico. ¿Cómo analizás este trabajo?
-Fue un desafío enorme. Con Mariano (Cohn, el director de la película) lo laburamos un montón mucho antes de empezar a rodar. Hicimos lecturas página a página del guión, para entender, justificar, no juzgar al personaje. Sabíamos que el desafío enorme era este "tour de force" (N. de la R.: expresión francesa que significa 'acción difícil cuya realización exige gran esfuerzo y habilidad' y 'demostración de fuerza, poder o destreza') que era interpretar a Ciro, dentro de la camioneta y con todo lo que le pasa física y emocionalmente. Me parece que ahí teníamos el desafío: tratar de acaparar la atención de un público que no conocemos porque el rodaje fue hace un año y que tampoco vemos cómo son sus reacciones como en el teatro, por ejemplo. Tratamos de ser muy meticulosos con cada una de las decisiones, sacamos un montón de texto, pusimos un montón de situaciones y creo que todo lo que hicimos en la película es una decisión y por eso estamos muy orgullosos de ver todo plasmado.
-¿Hablás en plural porque tuviste incidencia en las decisiones a la hora del rodaje?
-Eh... Tuve incidencia por el simple hecho de interpretar al personaje. El guión es de Mariano y la historia la armaron con Gastón (Duprat, productor), pero uno trata siempre de ponerle su impronta y de tratar de ver qué es lo que el personaje te pide a vos. Por suerte me tocó un director súper generoso, unos compañeros también súper generosos y se pudo laburar en equipo, que es lo más importante. Para mí lo esencial es escuchar al director y se hace lo que él dice. Es una condición sine qua non.
-A pesar de que Ciro es un delincuente, que se mete en una camioneta 4x4 armado para robarla, logra que el público sienta empatía por él. ¿Cómo se hace?
-Me ayuda el guión. Es muy tramposo. Lo que quiere generar es el debate, la discordia. Se cruzan justo dos mundos completamente diferentes, como los de Ciro, que roba la camioneta y Enrique (Dady Brieva), el dueño. La composición estaba basada en eso. Primero lo odiás, después lo querés, después lo volvés a odiar y lo volvés a querer. No es una película que toma partido y te quiere enseñar qué es la inseguridad o qué es la justicia por mano propia. Genera debate.
-Refleja una temática muy actual y abre la "grieta" entre los que defienden a un lado y al otro...
-Refleja un poco lo que pasa en la sociedad, sí. Pero no te dice "esto es así" o "esto es lo que tenés que hacer". Arma debate. Eso creo que es lo interesante a la hora de ir al cine a verla. Todos los personajes tienen su lado positivo y su lado negativo. Ciro a veces te da pena, pero a la vez no porque no está bueno lo que hace. Te coloca todo el tiempo en ese lugar. El guión es tan inteligente y no deja de ser una peli de género. Nosotros lo que estamos haciendo es una película, para verla en todo su esplendor, en el cine, con todo lo que implica un producto audiovisual, con una música hermosa, una fotografía divina, así que me parece que eso es lo que queríamos contar.
-¿Cómo se hace para convencer hoy en día a la gente de que vaya al cine a ver las películas y no por una web o una plataforma?
-En mi caso particular, me das una gaseosa, unos pochoclos y una entrada, y soy el hombre más feliz del mundo. Me encanta ese plan porque siento que hay que ir a ver las pelis al cine. En tu casa no tenés el mismo sonido, no la ves en una pantalla de esa magnitud. En el cine la ves con otras personas y eso hace más rica la experiencia. Particularmente, esta es una película muy intensa, un thriller que está bueno para verlo en el cine por la música que está en primer plano hecha por Dante Spinetta, la fotografía que la hace Kiko de la Rica, que es un vasco que laburó en las primeras películas de Alex de la Iglesia y que sabe mucho. Audiovisualmente es una película para ver en el cine, sumando la temática de una camioneta insonorizada. Hay todo un juego que te propone el cine.
-Además, volvés a compartir pantalla con Luis Brandoni en una dupla que ya se volvió interesantísima después de la experiencia en Un Gallo para Esculapio. ¿Cómo lo vivís vos?
-Trabajar con Beto es una maravilla. Lo admiro muchísimo y la verdad es que él siempre tiene muchas palabras de cariño para conmigo y trato de disfrutarlo cada vez que me lo cruzo en un set porque tiene mucho para enseñar sin tratar de enseñarte nada. Entonces, hay que tratar de aprovechar las oportunidades que uno tiene cuando se cruza con eminencias del cine como él.
-¿Cómo es para vos interpretar nuevamente a un personaje que roza la marginalidad, viniendo de un mundo totalmente distinto al tuyo?
-En este caso, tratamos de no estereotipar tanto a Ciro, pero me gusta lo que me están proponiendo. Mundos que yo no conozco y empiezo a conocer ahora por cruzarme con directores que manejan más este ámbito, como lo es Bruno Stagnaro, Luis Ortega, Pablo Trapero y Mariano. Trato de estar más pensando en crecer profesionalmente y trabajar con historias que me dejen una enseñanza, un mensaje y que me hagan laburar.
"Sigo soltero. No blanqueé nada porque todavía no tuve una relación firme y estable como para hacerlo público. Si me ven y me descubren, todo bien. Pero tampoco voy a andar por la vida diciendo lo que hago. Estoy centrado en mi laburo y muy feliz con todo lo que estoy haciendo".
-Tu personaje está toda la película con la camiseta de Boca puesta. ¿Cómo creés que lo tomarán los hinchas?
-Soy hincha de Ferro, aunque muchos creen que soy de River, pero es porque mi abuela es fanática. Estoy toda la película con la camiseta de Boca puesta y mis amigos xeneizes están felices. A mí no me modifica. El director quería que me ponga esa camiseta porque le gustaba cómo daba ese color en cámara y cómo quedaba la sangre sobre ese rosa, se notaba bien, en contraste con el cuero de los asientos y el lookete que me hice. Está todo fríamente calculado. Tengo amigos que andan con las camisetas de sus clubes por los barrios y no por eso son delincuentes. Este personaje lo es, pero no se plantea nada más. Tranquilamente podría ser un chico de San Isidro de clase media que se mete en problemas, como me ha tocado interpretar también.
-¿Sentís que antes te miraban con recelo por venir del mundo de las tiras juveniles y que ahora ya la mirada es más respetuosa hacia vos?
-Sí, de alguna manera u otra sí, pero también me pasó que no. Trato de, en realidad, romper la barrera de mis propios prejuicios que son los que me limitan para conseguir lo que quiero o interpretar los personajes como quiero. Entonces, me centro en lo mío. Siempre va a haber gente a la que le guste mi laburo y otra a la que no, es imposible que a todos les guste.
-De todos modos no me podés negar que has sentido en el último tiempo, quizás de 2015 a la fecha, que cambió mucho la forma en la que te miran e incluso los personajes que te ofrecen.
-Sin dudas, sí. Pero siento que es porque yo me tomé con más seriedad mi trabajo.

-¿Antes cómo lo tomabas?
-Antes interpretaba los personajes que me tocaban, acordes a mi edad o a las posibilidades. También creo que lo que pasaba era que crecí en un momento en el que al actor de tele no se le daban tantas oportunidades en cine o teatro. Y me ha pasado de ir yo mismo y comprar los derechos de una obra para poder hacerla y demostrar que podía hacer una obra de texto como Equus. A partir de eso, las puertas se empezaron a abrir. Hoy la autogestión es mucho más fuerte que otra cosa.
-Estás casi 100% enfocado en el cine, ¿extrañás la tele?
-Como formato me gustan más las series y el cine, pero también estuve haciendo televisión. Aunque las últimas series que estuve filmando, como Un gallo para Esculapio, se filman como cine. Trato de cruzarme con directores que me dejen una enseñanza y que me hagan laburar, como te decía antes. Elijo los trabajos así.
-¿Seguís soltero? ¿Te resulta difícil "blanquear" una relación?
-Sigo soltero, sí. No blanqueé porque todavía no tuve una relación firme y estable como para hacerlo público. Si me ven y me descubren, todo bien. Pero tampoco voy a andar por la vida diciendo lo que hago. Estoy centrado en mi laburo y muy feliz con todo lo que estoy haciendo.
-¿Te ha pasado que una foto de la prensa te complicó una incipiente relación?
-Eso te complica y te corta mucho el mambo. No todos entienden este mundo.
"Antes interpretaba los personajes que me tocaban, acordes a mi edad o a las posibilidades. También creo que lo que pasaba era que crecí en un momento en el que al actor de tele no se le daban tantas oportunidades en cine o teatro y me ha pasado de ir yo mismo y comprar los derechos de una obra para poder hacerla y demostrar que podía hacer una obra de texto (Equus). A partir de eso las puertas se empezaron a abrir. Hoy la autogestión es mucho más fuerte que otra cosa".
-¿Te ha pasado que alguna chica no entienda ese tipo de cosas y que por eso no prospere la relación?
-Y sí, obvio. Pero hoy estoy muy enfocado en mi carrera laboral. De alguna manera u otra trato de seguir adelante. El amor no se elige y en algún momento va a suceder, no estoy cerrado.
-Se habló mucho de una escena súper hot con Andrea Rincón en Un Gallo... y ella quedó como fascinada con vos. ¿Pasó algo entre ustedes?
-Ja, ja. Fue muy fuerte, sí. No pasó nada, somos amigos. Ella me parece una luchadora y la admiro mucho por eso. No pasó nada entre nosotros.
-Hablando de luchadoras, ¿cómo ves el movimiento encabezado por las mujeres, tanto en tu rubro como en toda la sociedad?
-Banco, acompaño y aprendí a dar un paso al costado porque es una lucha de ellas. Apoyo, sí, cuando se pueda, sin tratar de estorbar y tratando de aprender. Pienso que como sociedad tenemos mucho que aprender. Hay cosas con las que concuerdo más que otras, pero creo que es parte de procesos y de toda esta movida que se está armando, pero banco 100%. Me parece admirable la lucha que están haciendo.
-¿Qué aprendiste de todo este cambio que estamos viviendo?
-A generar más empatía y tratar de entender dónde estamos parados como sociedad. Creo que es lo que todos tenemos que aprender.
-¿Cómo sigue tu 2019?
-Estoy filmando la serie de Maradona para Amazon. Voy a hacer de Jorge Cyterszpiler, que fue uno de sus primeros representantes. Estamos haciendo la parte de Argentina y también viajaré a Europa no sé cuándo, pero me queda un lindo trecho con eso. También estoy en teatro haciendo funciones de Matadero, que es una obra de teatro físico que estoy haciendo con Germán Cabanas. Cuando surgen funciones, vamos y las hacemos, y si no, entrenamos.