Otra historia de superación personal conmovió a todos en ¿Quién quiere ser millonario?, cuando Noelia Garella (32) se presentó para jugar ante Santiago del Moro. Apenas presentada, la cordobesa nacida con Síndrome de Down se alegró por haber logrado el sueño de conocer al conductor, y manifestó sus ganas de también conocer a José María, el hombre de 90 años que participó del ciclo y se quedó con el rol de Oráculo.
Orgullosa con su delantal de maestra Jardinera del Jardín Maternal Jeromito, la “Seño Noe” aseguró que está “súper feliz” de dar clases desde 2007. Luego, la muchacha contó sin resentimientos la discriminación que padeció desde pequeña: "Después que terminé el jardín mis papás empezaron a buscar una primaria para mí. Y en uno la directora les dijo ‘en este colegio no acepto monstruos’. No me lo dijeron a mí, me lo contaron mis papás, que eran jóvenes y se fueron llorando".
"Todos los que me discriminaron son los 'monstruos tristes', y yo soy el 'monstruo feliz'. A la sociedad le quiero decir que no baje los brazos, que siga trabajando y estudiando con amor, que todo se puede".
Y continuó con su relato ante la mirada atenta y desgarrada de Del Moro: "Después fui a otro cole, que se llama Santa Infancia, donde ahí hice la primaria y secundaria. Fui escolta de la bandera argentina y de la bandera papal”. Entonces, Noelia explicó cómo surgió su deseo de ser maestra jardinera: “Yo de chica jugaba a la maestra con mi hermana, nos enseñábamos juntas. En casa teníamos un patio chiquito con un pizarrón donde escribíamos”.
Como si hiciera falta demostrarlo una vez más, Noelia hizo gala de su inteligencia y cultura general hasta ganar el premio de 180 mil pesos, dinero que aseguró usaría para ayudar a su amiga que tiene un hijo discapacitado y también viajar a Disney.
Al final, Noelia Garella habló desde el corazón: "Todos los que me discriminaron son los 'monstruos tristes', y yo soy el 'monstruo feliz'. A la sociedad le quiero decir que no baje los brazos, que siga trabajando y estudiando con amor, que todo se puede. ¡Siempre los brazos para arriba!".