Con la excusa del Día de la Primavera, un hombre le envió un elegante ramo de rosas rojas a Marina Calabró, quien sabía el nombre de la persona que tuvo ese acto de galantería, pero no quería develarlo. El detalle no pasó desapercibido para Jorge Rial, quien además estaba al tanto de que esta semana la periodista y su pareja emprenderían un romántico viaje rumbo a Italia.
Apresurada por minimizar la situación, Marina justificó la galantería: "Es de alguien con quien tuve una mínima diferencia… Hay que darle contexto, es muy propio de esta persona, no lo hace sólo conmigo. El está súper comprometido y enamorado, nada que ver conmigo. Pero siempre me chicanea cuando sale al aire… Dice que me admira a nivel profesional, yo lo vivo como algo reivindicatorio. Que diga que es mi admirador me da la derecha de que todo lo que dije es verdad, que nunca mentí sobre nada que lo involucrara (…) Yo no tengo ni el teléfono actual de esta persona, tengo el viejo. Aprovecho a agradecerle desde acá, a la lejanía. Mi único contacto con él fue a través del éter".
Marina: "¿Por qué voy a tirar las flores? ¿Qué culpa tienen las flores? Tirarlas y hacer el acting del rechazo es atribuirles a las flores una intencionalidad que sé que no tienen".
Poco le importaba al conductor y al resto de los panelistas que se encargaron de agitar fantasmas, con la excepción de Marcela Tauro, quien sí rompió lanzas por su compañera: "Si alguien le manda flores, ¿qué culpa tiene? ¿Tiene que tirarlas?". La réplica unánime en el piso fue que "sí", al tiempo que Calabró se puso colorada de los nervios y se defendió: "¿Por qué las voy a tirar? ¿Qué culpa tienen las flores? Tirarlas y hacer el acting del rechazo es atribuirles a las flores una intencionalidad que sé que no tienen".
Para peor, Martín Albrecht, pareja de la periodista y director comercial de América, no respondía los mensajes de WhatsApp. Recién 20 minutos más tarde fue que Marina Calabró logró comunicarse: "Esto es un quilombo", resumió el novio de Marina. La identidad del famoso quedó "picando en el área", pero nadie se animó a "darle el zurdazo" y revelarla... Hasta el final, que Rial blanqueó que se trataba de Diego Maradona.
Por suerte para Marina Calabró la historia tuvo un final feliz y transmitió las empalagosas palabras de su pareja: "Estoy con un día de terror, metido en reuniones... No entendí el revuelo ni quién te mandó flores, ni si es algo serio. Te amo y no veo las horas de nuestro hermoso viaje".