Eran íntimas. Mejores amigas. Inseparables. Pero a fines de 2017, Gimena Accardi sorprendió con su sinceridad al revelar el fin de su amistad con la China Suárez, a quien conoció cuando compartían elenco en Casi Ángeles.
En ese momento, Gimena decidió no desmentir el rumor de distanciamiento y contó: “Se comportó de una forma que no esperábamos con respecto a un tema que para nosotros es muy fuerte, triste y delicado, como fue lo de Santi. No estuvo, no estuvo de la forma que lo esperábamos y de la forma en que nosotros sí estuvimos incondicionalmente con ella en las buenas y en las malas, sobre todo en las malas”, agregó en referencia a la trágica muerte de Santiago Vázquez, hermano de Nico Vázquez, quien falleció en 2016.
El tiempo pasó… pero la distancia permanece. En diálogo con revista Luz, Gimena habló de la pelea con la China y contó qué pasó cuando se reencontraron.
Primero, la periodista le preguntó si se consideraba una persona rencorosa, y ella respondió: “No soy rencorosa en nada en mi vida. Suelto rápido y puedo personar. Eso sí, si eso dañó el vínculo ya no será como si nada hubiera pasado. Todo tiene una consecuencia. No es mi rencor, es tu acción. No te juzgo, lo entiendo, puede pasar, pero yo decido qué hago con esa relación después. Así con la familia, los amigos, la pareja… Puedo no tener rencor, disculparte, pero igualmente alejarme. No voy a seguir en el vínculo haciéndotela pasar mal. O se corta o se empieza de cero y está todo bien”.
"Nos cruzamos en el Rex y está todo bien, conocí a la beba (por Magnolia, hija de Suárez y Benjamín Vicuña), divina, la felicité, charlamos, todo más que bien, pero el vínculo no vuelve a ser lo que era, obvio"
Entonces, llegó la repregunta: “¿Con la China Suárez no pudieron seguir el vínculo?”. Y Accardi reveló que vio a su examiga en el homenaje que Cris Morena le realizó a Romina Yan, en septiembre del año pasado: “No. Nos cruzamos en el Rex y está todo bien, conocí a la beba (por Magnolia, hija de Suárez y Benjamín Vicuña), divina, la felicité, charlamos, todo más que bien, pero el vínculo no vuelve a ser lo que era, obvio”.
Clarita, ¿no?