Sin dudas, el 2014 es un año doloroso en la vida de Florencia de la Ve (40): la golpeó la muerte de su gran amigo, Jorge Ibánez; y quedó práctiamente en bancarrota tras la desvinculación laboral de su socio teatral, Gonzalo Fariña, con quien está en juicio.
"Mi problema financiero tiene que ver con el litigio que tengo con mi exsocio. Nunca quise hablar del tema porque no me quiero victimizar. Por eso elegí no hablar. Me arruinaron, hace dos años que no paro de pagar abogados para tratar de no perder lo único que tengo en la vida: mi teatro. Hace dos años que lo tengo cerrado por esta situación", le confiaba la capocómica a Ciudad.com, dando parte de su delicada situación monetaria, que repercutió de lleno en su vida familiar.
"Atravesé la oscuridad. Fingía frente a mis hijos (Paul e Isabella)...Tuve ganas de morir para no seguir sintiendo este dolor insoportable. Pero en esos momentos, mis ángeles de la guarda me guiaron hasta la cuna de mis hijos. Era lo único que aclaraba mi visión. De haber estado sola, hoy no estaríamos charlando", dijo Florencia.
Con el tema en la agenda mediática, la mujer de Pablo Goycochea (50) le abrió las puertas de su nuevo hogar (tuvo que mudarse del majestuoso piso de Austria y Libertador a un departamento de 220 metros cuadrados, en Coronel Díaz y Libertador, para achicar gastos) a la revista Gente, semanario en el que hizo desgarradoras confesiones ante el tormentoso año vivido: "Atravesé la oscuridad. Fingía frente a mis hijos (Paul e Isabella) y ya no quería vivir", tituló el ejemplar gráfico la conmovedora entrevista de Flor.
"¿Fantaseaste con quitarte la vida?", indagó el periodista, y De la Ve no contuvo la angustia ni las fuertes declaraciones: "Sí (se quiebra). Tuve ganas de morir para no seguir sintiendo este dolor insoportable. Pero en esos momentos, mis ángeles de la guarda (su madre, Sabina, y Jorge Ibánez) me guiaron hasta la cuna de mis hijos. Era lo único que aclaraba mi visión. De haber estado sola, hoy no estaríamos teniendo esta charla".
En medio de la adversidad, agradeció el apoyo que obtuvo de su pareja: "Pablo atajaba lo cotidiano como podía. Me animaba: 'Nadie más que vos sabe de lucha. ¡Vamos, peleala!'. Él me conoce como nadie, vulnerable y aguerrida. Pero en ese estado nada es suficiente. Un año y medio antes, él también me había advertido sobre mi exsocio. Se la bancó como un león. Esto, que podía habernos separado, nos hizo más fuertes".
Por último, Florencia aseguró que tuvo que duplicar sus sesiones terapéuticas, pero que atravesó el dolor sin medicación. "Elegí enfrentar ese proceso bien lúcida, a fondo. Así fui encontrado alivio, hasta que un día me sorprendí riéndome con mis hijos. Y esa risa volvió a ser genuina", describió la actriz, enfocada en salir adelante por el bienestar propio y -especialmente- de su familia.