Un día después de ver a Francia consagrarse campeón del Mundial de Rusia 2018, Diego Maradona (57) viajó a Bielorrusia, donde asumió la presidencia del Dinamo Brest, club con el que firmó contrato por tres temporadas antes de la Copa. Diego llegó por vez primera a la ciudad bielorrusa, donde al bajar de un avión privado fue recibido en el aeropuerto por los dirigentes de su nuevo club y una multitud de fanáticos de todos los colores.

A partir de mañana Maradona conocerá las instalaciones del Dinamo y asistirá como espectador a un partido de la liga bielorrusa entre el equipo local y el Shaktar. En cuanto a su función específica, el Diez se dedicará a consultar al club en temas organizativos y asuntos deportivos, desde fichajes a la gestión de la academia del Dinamo.

Acompañado de su abogado, Matías Morla, Maradona luego se trasladó hasta la suite presidencial del hotel Hermitage, donde pasará sus días hasta que se mude definitivamente a la casa que ocupará en su estadía. “Estamos encantados con esta recepción. La gente estaba esperando la llegada de Diego desde la madrugada. Ahora ala noche estaremos en el primer partido oficial del Dynamo y mañana tenemos una audiencia con el presidente Aleksandr Lukashenko. Esto superó cualquier expectativa y Diego no ve la hora de ponerse a trabajar para devolver tanto cariño y confianza”, dijo Morla.

Dada la idolatría que despertó en Bielorrusia, al salir del aeropuerto no solo había una banda que tocó especialmente el himno, sino que además su estadía tiene carácter de "Estado": por lo que Diego estuvo acompañado por la seguridad presidencial.

Según explicó Matías Morla, la idea de Diego es gestionar un plan para el desarrollo del fútbol en los jóvenes del país. Bielorrusia es un país que tiene un vínculo muy estrecho con Venezuela -país para el que comentó el Mundial- y su presidente llevaba años tratando de tener a Diego. Sueño cumplido.

Foto: Reuter.