“Dentro de quince años voy a mirar atrás, y voy a ver y a entender por qué hice ahora esta película. Porque hoy es difícil de entender, porque fue un arrojo, una demanda, una exigencia feroz, pero creo que con el tiempo voy a terminar de entender de dónde salió el coraje y la valentía para hacer esto”, expresó Benjamín Vicuña en diálogo con el diario Clarín.
Y no es para menos. El actor chileno encaró un proyecto que lo toca de cerca. Es el protagonista del film La memoria del agua –producción que presentó en Venecia- donde interpreta a Javier, un hombre que junto a su mujer (Elena Anaya), sufren la muerte de su pequeño hijo.
La historia supera la ficción y se asocia con la historia personal de Benjamín, quien tres años atrás sufrió la pérdida de su hija Blanca, fruto de su relación con Carolina “Pampita” Ardohain. Fue por eso que, tras conocer el proyecto, quise ser parte de él enseguida: “Muchas veces va el cuerpo delante de la razón, de las ideas; o tiene que ver con la intuición, el deseo, el llamado de ser parte de este proyecto maravilloso. De hecho, yo llamé al director, lo admiraba mucho, y me puse a su disposición, porque quería participar, sea como sea, colaborando en el guión, cEn ese sentido tuvomo productor o como actor. Por mi experiencia propia, por mi autoridad moral, y me encontré con un guión muy preciso, que no era obvio, ni previsible, que no tenía lugares comunes ni golpes bajos”, expresó.
"Hoy (el día de la entrevista) hace tres años murió mi hija. Mi hija decidía partir, volar. Y es incomparable con una película, pero estar acá, con mi familia, con esta película, que la busqué, la encontré, y hoy la estoy soltando. Es como sentir, como dicen por ahí... Dejar partir es una forma de amar, ¿verdad?".
“Una película hermosa, y un personaje que representa un tipo que se pone de pie, un arquitecto que reconstruye su vida, junta los pedacitos rotos de su vida después de la tragedia, y quiere salir adelante. Me parece que era un ejercicio maravilloso sobre la condición humana, que habla sobre el amor, la pareja, la pérdida. Y creo que, finalmente, cuando soy actor, no soy comunicador, y por ello mismo mis trabajos hablan por mí”, agregó.
Sus palabras se llenan de emoción porque en el mismo día que realizó esta nota para la publicación, se cumplía un nuevo aniversario del fallecimiento de su pequeña. “De Venecia me llevo un recuerdo inolvidable. Una señal gigantesca. Hoy (el día de la entrevista) hace tres años murió mi hija. Mi hija decidía partir, volar. Y es incomparable con una película, pero estar acá, con mi familia, con esta película, que la busqué, la encontré, y hoy la estoy soltando. Es como sentir, como dicen por ahí... Dejar partir es una forma de amar, ¿verdad? Y bueno, La memoria del agua trata sobre señales, también... Y yo creo en las señales. Es en lo único que creo, es lo único que tengo”, contó.
Por último, Vicuña se refirió a su fe: “Soy un hombre católico. Obviamente que uno vive una cosa, y hay cosas que... Hay rabia, hay incertidumbres sobre el misterio, pero finalmente creo que sí, que uno vuelve siempre a esa formación, yo tenía una formación católica, y a las señales, porque lamentablemente es lo único que te queda”, concluyó.