Los cambios sociales invitaron a los individuos a repensar cómo viven el amor. Hoy por hoy, Antonella Schiavini logró romper con el amor romántico -ese supuestamente ideal- a través de su obra: Un festín en mi cabeza, que tiene lugar todos los viernes en Espacio Sísmico.
La obra evoca el tragicómico mundo de la protagonista y tiene un gran atractivo visual por sus intervenciones audiovisuales. La historia cuenta cómo una joven, recientemente abandonada por su pareja, lidia con el desamor. Y ese desamor está representado a través de un enorme oso de peluche.
"Con Festín sentí que gané, que pude transformar el dolor en otra cosa y creo que el humor es una gran herramienta para contar cosas terribles".
La directora logró transformar el dolor en una obra de teatro muy significativa. "Con Festín sentí que gané, que pude transformar el dolor en otra cosa y creo que el humor es una gran herramienta para contar cosas terribles. Y sirve, también, para llegar desde otro lugar al espectador y así repensar de qué nos estamos riendo", explicó.
¡Imperdible!