Entre tweets, mensajes cifrados en TV, twitcams y tapas de revista de un lado y del otro, Jorge Rial y Silvia D'Auro enfrentan un proceso de divorcio que, por lo que se ve, promete ser tanto o más escandaloso que la disputa mediática.
"Tuve que bancarme que revisaran mi casa de punta a punta, la caja fuerte, todo. El abogado de mi ex, acompañado por ella, preguntaba con insistencia dónde estaban las bombachas de Loly. Yo pregunto: '¿Para qué? ¿Con qué derecho?'".
El conductor confirmó que pidió la tenencia provisoria de Morena (14) y Rocío (13), al manifestar que "mis hijas quieren estar conmigo y yo con ellas", según le dijo a Ciudad.com. Y su ex también lo admitió, durante una entrevista vía twitcam con el abogado Héctor Yemmi: "Sé que pidió la tenencia. ¿Qué voy a hacer? Si las chicas se quieren ir a vivir con el padre, ellas ya son grandes, me parece que está bien. Tienen edad para decidir. Además yo no voy a poner a mis hijas en el medio de una situación de adultos", dijo D'Auro. Y agregó que ella pidió retirar su demanda de divorcio, aduciendo que toda esta situación habría influenciado negativamente en sus hijas: "Primero están mis hijas antes que mi divorcio".
Hasta que la Justicia se expida sobre este pedido de la ex del periodista, el juicio avanza sobre la compleja división de bienes. Y sobre este proceso habló Jorge Rial en una extensa nota con la revista Gente, al revelar una insólita situación vivida, cuando oficiales de justicia se presentaron en su casa junto a Silvia D'Auro y su abogado, para realizar un balance de los bienes conyugales.
"Yo soporto las medidas judiciales y todos sus vaivenes, pero hace poco tuve que bancarme que revisaran mi casa de punta a punta, la caja fuerte, todo. De eso no digo nada. Se presentaron oficiales de justicia, pero el abogado de mi ex, acompañado por ella, preguntaba con insistencia dónde estaban las bombachas de Loly. Yo pregunto: '¿Para qué? ¿Con qué derecho?'. Me humillaron. Vinieron a eso", contó el conductor.
"Mi ex vendió por 1.500 dólares un humidor que estaba en la casa donde yo vivía. Por suerte, di con la persona que lo tenía y pude recuperarlo. Yo no actué de la misma manera".
"Hasta me enteré de que mi ex vendió por 1.500 dólares un humidor -sirve para guardar puros y evitar su desintegración- que estaba en la casa donde yo vivía. Por suerte, di con la persona que lo tenía y pude recuperarlo. Yo no actué de la misma manera. Respeto que los oficiales de justicia tengan que visitar mi casa para hacer el balance correspondiente, pero el abogado se portó mal queriendo conocer el lugar en el que se encontraban las tangas de mi mujer", agregó Rial.
"Hace cinco meses tuvimos una audiencia, pero mi ex no asistió. Era para escucharnos, para ver en qué podíamos coincidir", puntualizó el periodista, dejando en claro que hoy no hay diálogo entre las partes. Y que el proceso de divorcio será complicado, entre tweets, mensajes cifrados en TV, twitcams y tapas de revistas. En los medios en general. Y fuera de ellos.