Con pasión y vocación, Rubén “El Ancho" Peucelle cumplió 80 años. El legendario campeón de Titanes en el Ring, festejó sus 8 décadas junto al zonal de Vicente López de Clarín, ante quienes recordó cómo se inició su época dorada junto a Martín Karadagián hace casi medio siglo.
Humilde, continúa viviendo en el conventillo de pleno Bajo de Olivos y de donde no se irá jamás. Porque, “El Ancho del 13”, como lo conocen, todavía sigue generando afecto y admiración: “A veces vienen los padres con sus hijos y les dicen: ‘Este es El Ancho, el campeón´. Me piden fotos, o que les firme un autógrafo”.
Para mantener la envidiable y fornida espalda a pesar del paso del tiempo, sostiene la rutina de levantarse a la mañana temprano y ejercitar en el gimnasio que tiene en su casa, aunque reconoce: “Claro que no levanto ni entreno con la misma intensidad de cuando tenía 20”. Aún así, conserva unos 92 kilos de puro músculo y fibra honran su apodo.
Comenzando como fisicoculturista en momentos en que no estaba de moda, debutó en Titanes en el Ring en 1963. “La época dorada vino una década más tarde. No sé si habrá sido por la música o qué, pero en ese momento explotó todo”, explicó Rubén. Y aclara que fue cuando se consolidaron personajes como “La Momia Blanca” o “El Caballero Rojo”.
Cálido y amable, Peucelle siempre estuvo dispuesto a brindarse para la foto y el autógrafo. “¿Sabés los problemas que tuve por eso? Cuando terminábamos un espectáculo, la gente no nos dejaba salir y nosotros nos teníamos que ir a trabajar a otro lado. Me partía el corazón dejar a los chicos sin el autógrafo, tenías que ver las caras que ponían”.
El Ancho cuenta que lo pone muy feliz haber llegado a los 80 en buen estado. “Se lo tengo que agradecer a la gimnasia”, sostiene , un ejemplo arriba y debajo del ring.