El viernes a la noche, en un pequeño teatro escondido por las calles de Palermo, se prepara para prender, una vez más, el motor interno que lo impulsa a actuar, como él mismo explicó su pasión.
La obra es , un absurdo de Harold Pinter (género que no suele verse en el circuito comercial), que protagoniza junto a Ariel Staltari en El Piccolino. Lo novedoso del proyecto es que Heredia interpreta un papel que nada tiene que ver con el rol de galán que supo explotar en las telenovelas. Lejos de eso, el actor buceó por nuevas aguas y se sumergió en las tablas con una apuesta compleja, con la que además dio su primer paso en la producción teatral.
Reciente padre de Eloy, fruto de su relación con ; actor dedicado en la fallida novela Lobo (por no alcanzar el rating esperado); y también un intérprete en busca de nuevos personajes. Todo eso fuimos a buscar en Heredia y él, pasando del chiste a la seriedad y de la seriedad al chiste, respondió cada una de las preguntas.
"En el teatro encuentro el vértigo de tener que crear una atmósfera todos los días".
-¿Qué te movilizó a producir tu propia obra?
-Es una pregunta como muy profunda. Puedo abarcar mucho y responder toda la noche. Voy a hacer muy breve, muy concreto. Lo que me movilizó es lo que me moviliza a ser actor, a explorar e indagar, buscar, sobre todo eso. Lo que me lleva es el motor. Nunca imaginé que la obra iba a ser de Pinter, El Montaplatos. Y bueno, me encontré con este material, con este autor y con un nuevo género que es el absurdo. Y la verdad es que me siento muy feliz por el grupo que se formó, por las críticas de la obra, por la gente que viene a verla. Me siento muy afortunado.
-Contamos un poco acerca de tu personaje, un sicario que espera junto a su compañero una orden un tanto confusa...
-Gus es un personaje oscuro, bastante obsesivo, un poco paranoico. El Montaplatos recorta el momento en que Gus se empieza a preguntar qué está haciendo, por qué su jefe los manda a este lugar de trabajo, con esas comodidades. También tiene dudas acerca de cuán perjudicial es su trabajo para terceros.
"Dediqué mucho tiempo, mucha dedicación, mucho amor a mi personaje en Lobo. No me arrepiento, lo disfruté mucho".
-¿Qué encontrás en el teatro que no encontrás en la televisión?
-Que me hagan preguntas y tener que contestar a una cámara, eso lo encuentro nada más que en el teatro (bromea por tener que mirar a cámara para hacer el video). Además de eso, encuentro un feedback con el público inmediato y el vértigo de tener que crear una atmósfera todos los días.
-La semana pasada terminó Lobo. ¿Cómo tomaste el final anticipado? Habías declarado que había sido medio frustrante para vos…
-No, frustrante no. El primer mes sí, pero ya ahora la verdad que no. Al principio, como todos, queremos que nos vaya bien en nuestros trabajos, como seguramente ustedes. Entonces fue un poco duro. Pero una vez que sabíamos cómo iba a ser el desenlace de la historia… (se queda pensando). Me quedo contento y tranquilo de que dimos lo mejor y di lo mejor. Son unos grandes profesionales absolutamente todos mis compañeros, y el hecho de dar todo en un trabajo a mí me hace dormir muy bien, muy tranquilo.
-De todas formas, por más que haya terminado, quizás, el parámetro está en lo que vos pudiste dar como actor y en la preparación que tuviste para realizarlo.
-Yo creo que sí. Nunca preparé tanto un personaje como me pasó en Lobo con Lucas Moreno. Fue mucho tiempo, mucha dedicación, mucho amor. No me arrepiento, fue algo que disfruté mucho. Me quedo con eso, con el haber construido un personaje y con el grupo de trabajo. Y también con la gente que siguió Lobo, que más allá de los números, era mucha (el final promedió 15.9 puntos, alrededor de 1.500.000 personas en Capital Federal y Gran Buenos Aires).
"Como padre seguramenteme me equivoco: a veces soy severo, a veces benévolo. Trato de hacer lo mejor".
-Vamos un poco para el lado de la vida personal. ¿Cómo estás llevando tu rol como padre?
-No sé… eso se lo tendrías que preguntar a mi hijo en diez años. Creo que hago lo mejor que puedo como todos los padres. Seguramente Ariel (Staltari, su compañero de obra) te va a decir lo mismo. No sé… uno trata de dar lo mejor. Seguramente me equivoco, a veces soy severo, a veces benévolo. Trato de hacer lo mejor.
-¿Y Brenda?
-La veo como una gran madre, como la mejor madre.
El sueño de hacer teatro
Los actores tuvieron la idea de hacer una obra juntos hace diez años cuando trabajaron en un programa de televisión y se hicieron amigos. “Siempre nos propusimos hacer algo en teatro, lo intentamos, pero hoy llegamos a una madurez necesaria como actores y como personas, y pudimos concretar ese sueño. La pasamos muy bien haciéndola. La obra se construye a través de cada función”, contó Prat, que en la obra encarna un personaje autoritario y que mantiene una incómoda relación con Gus (Heredia).