Candelaria, la segunda hija de Marcelo Tinelli, es muy celosa de su vida privada, por lo que se conoce poco de su reservada intimidad.
Cande (tal cual la llaman sus amigos) tuvo varias propuestas de actuación y modelaje, y es blanco principal de periodistas y productores. Pero ella elige el bajo perfil.
Y es que la hija menor del conductor más importante de la televisión tiene una gran pasión, que nada tiene que ver con el mundo de las luces y los medios: la equitación.
Según publica la revista ¡Hola! Argentina, la más chica de las Tinelli practica este apasionante deporte, incluso participando de torneos donde se destaca satisfactoriamente. En los últimos días, por caso, compitió con su caballo Willie (regalo de su padre, obvio) y completó un recorrido en la categoría “Tercera/children”.
Además, Candelaria, de 20 años, se dedica al arte pintando cuadros, que expone en Bartola, el bar de su hermana Micaela (22), quien tiene un perfil bastante más alto que ella. La pasión por el dibujo de Cande no termina allí: ella fue quien diseñó los numerosos tatuajes que Marcelo Tinelli lleva en sus brazos.
Entre el costado artístico, el deporte y su amor por los animales, la adolescente también tiene tiempo para el amor. Ignacio Lecouna, hijo del reconocido productor Raúl Lecouna, es quien le robó el corazón y, para envidia de muchos, se ha vuelto inseparable de la joven.