luego de haber estado casada durante cinco años con Jordan Bratman, el padre de su hijo Max, de dos años. Sin embargo, y lejos de lo que podría pasar en una situación como esa, la rubia no parece estar nada triste y, de hecho, salió de joda... bien provocativa.
Luciendo un vestido súper ajustado que le marcaba todas sus sensuales curvas, pasó por la alfombra roja del Waikiki Edition hotel, en Hawaii, el viernes pasado.
Está claro que para el duelo de la separación no va a durar mucho y que, seguramente, encuentre rápido un gentil caballero que la consuele y la enamore. Vos, ¿qué pensás?