"Sentí el calor de su presencia, el ruido del tubo de oxígeno que lo acompañó en esos años, y, reitero, escuché sus pasos y dije: '¡Acá está Sandro!'", le contó Olga Garaventa la viuda de al diario Crónica y nos dejó helados.
A siete meses de su muerte, el recuerdo de Sandro sigue más presente que nunca, sobre todo para su mujer Olga Garaventa, quien dijo: “Sé que me acompaña permanentemente”.
En diálogo con ese diario, Garaventa aclaró: "Puede resultar extraño (escuchar sus pasos) pero es real. Lo sentí el día de mi cumpleaños, hace poco tiempo. Sentí sus pasos en la cocina”.
Por último, la mujer que acompañó al Gitano el último tramo de su vida reflexionó: "Pienso que él está muy bien, está quizá mejor que nosotros porque se encuentra en un lugar privilegiado”.