El estrés afecta a una de cada cinco personas en la población laboral, según el grupo británico sin fines de lucro Stress Management Society. "La investigación reciente demuestra que el organismo está diseñado para experimentar un estrés intenso dos o tres veces por mes, pero vivimos estresados todo el tiempo", dice el fundador Neil Shah. Para reducir la velocidad:
1) Hay que ser proactivo: identificar los "disparadores" y luego trabajar para ver qué se hace con ellos. Las terapias para desestresarse como los masajes, la hipnosis y el yoga también pueden ayudar.
2) Comer alimentos "que calman": automedicarse con café fuerte, chocolate, whisky o algo peor es común, pero una mala idea. Los estudios demostraron que la dieta puede influir significativamente en el bienestar emocional y físico. Reducir la cafeína, el azúcar, la nicotina y el alcohol, e intentar comer alimentos ricos en magnesio (se cree que relajan). Las almendras en el desayuno son una buena fuente de magnesio, al igual que las verduras de hoja, otras frutas secas, las semillas y los granos enteros.
3) Hacer ejercicio, pero no en exceso: el ejercicio puede ayudar a reducir el estrés, pero el exceso de ejercicio puede provocar lo contrario, aumentando los niveles de la hormona del estrés, el cortisol. Caminar, nadar o hacer yoga son mejores que una sesión intensa en el gimnasio.
4) Reírse: uno se siente mejor de manera instantánea. La risa activa la respuesta del organismo frente al estrés, luego la enfría rápidamente, y uno queda con la sensación de estar relajado y lleno de endorfinas. Los estudios determinaron que la risa puede mejorar el sistema inmunológico y aliviar el dolor.
5) Hacer participar al subconsciente: "Concentrarse en los resultados que uno busca, en lugar aquellas cosas que nos están estresando", dice Shah. Piénsense relajados, cumpliendo con los objetivos o durmiendo bien a la noche, en lugar de imaginar que todo sale mal.