Es uno de los artistas más grandes de nuestra generación". Barak Obama, el presidente de los Estados Unidos, pedía ante la CNN que la gente recordara lo mejor de Michael Jackson en estos tiempos. Mientras, miles de fanáticos se encaminaban ayer por la mañana en Los Angeles al Staples Center, el estadio donde se celebró el funeral desde las 10.10 hora local, 14.10 hora de Buenos Aires. Jackson murió el pasado 25 de junio tras sufrir un paro cardíaco.
Desde el lunes se habían barajado hipótesis sobre posibles disturbios provocados por fanáticos en las inmediaciones del estadio y se había hablado sobre las celebridades que estarían presentes. Lo cierto es que prácticamente no hubo gente sin entradas que se acercara al predio y la lista de famosos incluyó a Mariah Carey, Lionel Ritchie, Jennifer Hudson, John Mayer, Stevie Wonder, Usher, su hermano Jermaine -con guante blanco, como Michael-, entre otros, que brindaron interpretaciones en honor al astro difunto. El repertorio fue del gospel devocional a las reversiones de canciones de Jackson. Brooke Shields, Smokey Robinson, Queen Latifah lo recordaron con discursos.
La ceremonia comenzó con Robinson leyendo una carta de Nelson Mandela que decía: "Michael fue un gigante y una leyenda en la industria musical. Estamos afligidos con el resto de los fans de todo el mundo. Tenemos una gran admiración por su talento y por la forma en la que pudo sobreponerse a la tragedia en tantas ocasiones a lo largo de su vida. Mi esposa y yo, nuestras familias, nuestros amigos, enviamos nuestras condolencias durante esta mañana. Sean fuertes". Shields dijo: "A los dos nos tocó ser adultos de niños, pero cuando estábamos juntos éramos como niños pequeños divirtiéndonos. Michael amaba reír".
El defensor de los derechos civiles Al Sharpton le dedicó unas palabras. "Michael nunca permitió que el mundo lo apartara de sus sueños", dijo. "Luchó en contra de que otras personas le fijaran sus límites", agregó. Hacia el final, algunas de las celebridades invitadas, los familiares de Michael y un coro de niños se subieron al escenario para interpretar We Are The World y Heal The World. Palabras cálidas de sus seres queridos para finalizar a tres horas del comienzo. Su hija Paris, de 11 años, coronó la emotividad con unas breves palabras: "Desde que he nacido mi papá ha sido el mejor padre que se puede imaginar. Y sólo quiero decir que te quiero mucho", y lloró.
Su amiga Elizabeth Taylor, desde la red social Twitter, avisó que no iba a estar presente. "No puedo ser parte de un circo público. Y no puedo garantizar que diría algo coherente". Diana Ross también eligió faltar, pero mandó una carta: "Decidí mantener silencio. Me siento bien así. Michael fue mi amor personal, una parte muy preciada de mi mundo en una forma en que no encuentro la forma de ponerlo en palabras. Michael me pidió que esté presente para sus niños y yo lo estaré si me necesitan". Aunque Debbie Rowe, la enfermera con la que Jackson se casó y tuvo a sus dos hijos mayores, había confirmado su presencia, nunca se presentó.
La ceremonia familiar comenzó a las 8 de la mañana del lugar, en el cementerio Forest Lawn, en las colinas de Hollywood. Y si allí se mantuvo el bajo perfil, lo siguiente estuvo a la altura del mito Jackson. El cadáver fue trasladado desde el Forest Lawn hacia el Staples Center en un ataúd dorado, el auto que lo transportaba fue custodiado por miembros de SWAT, que también cortó calles para evitar problemas, Ranger Rover prestó 10 autos camionetas con sus respectivos conductores para trasladar a la familia -que sumó 8 Rolls Royce- y dos circos organizaron un desfile conmemorativo con once elefantes y siete caballos.
"Tengo que admitir que Jackson alimentó las 24 horas del día a los medios, que son insaciables", agregó Obama ante la CNN. Y no hizo más que reflejar, además, la cobertura del funeral público. E! transmitió en vivo desde el Staples para todo el mundo, la BBC2 de Inglaterra sacó del aire toda su programación para abocarse a la ceremonia y también pudo seguirse el evento por Internet por cortesía del gobierno de Los Angeles.
Si los vivos de turno se pusieron a revender algunos de los tickets que se habían entregado gratuitamente -llegando a cobrar 10.000 dólares por entrada-, los vendedores de merchandising improvisado no se quedaron atrás. Guantes blancos, bolsos, remeras y hasta se imprimieron botellas de gaseosa con el rótulo "El Rey del Pop" en la etiqueta. Los vendedores calculaban recaudar unos 5.000 dólares cada uno tras la jornada. Todos ganando dinero, excepto la ciudad. Antes de que la ceremonia comenzara, funcionarios calcularon que Los Angeles iba a perder 3.5 millones de dólares o más. La ciudad, que afronta un déficit de 530 millones, lanzó un website para que los fans ayuden a costear el funeral. Según E! , se utilizaron 3.000 policías para mantener el orden, el Departamento de Transporte tuvo que designar empleados para reforzar los cortes de calles, el Departamento de Obras Publicas debió mantener el lugar limpio y funcionando todo el tiempo y diferentes dotaciones de bomberos patrullaron la ciudad preventivamente.