Muchas veces, a la hora de buscar un insulto a medida, se suele recurrir a los insectos, bichitos que, aún siendo inofensivos, causan estupor en la gente. "Cucaracha", le dice una vedetonga a la otra. "Mosquito" llaman a una tercera que quieren acusar de chusma; y "lombriz" le dicen a una cuarta que salta donde no hay charquito.
Lo cierto es que esta vez Florencia de la V fue más original y se amparó en un nuevo espécimen para ningunear a Fernanda Vives. Le dijo "bicho canasta" y estalló la guerra. Seguramente no lo habrá sabido Flor pero, en realidad, el bicho canasta no es una clase de insecto, sino "una forma despectiva de llamar a un animal cualquiera". Le salió bien a la capocómica, que está a punto de lanzarse como productora de una comedia que debutará este verano en Carlos Paz.
Vives fue avisada y, sin dudarlo, incurrió en la típica amenaza de la carta documento con promesa de juicio a futuro. Y Flor se defendió aludiendo que sólo había dicho la verdad: que la ex de la Tota Santillán saltó a la fama por sus conflictos mediáticos. Sin embargo, nadie le avisó a Vives que no había ocupado un lugar tan importante dentro del discurso de De la V, quien también se había encargado de atender a otras personas del ambiente. De las Escudero, por ejemplo, dijo que "son chicas quilomberas" y de los enfrentamientos entre Graciela Alfano y Matías Alé opinó: "me parecieron patéticos".
¿Se habrá entristecido Fernanda Vives al enterarse que no había sido la única protagonista de los tiros de Flor? Seguramente que sí porque, aunque suene increíble, era la primera vez que Vives podía pelear con alguien de mayor nivel que ella. A propósito Flor de la V se vio en la necesidad de coartarle la alegría a la rubia y, para ello, la llamó y le propuso reconciliarse vía handy.
Fernanda debió aceptarles las disculpas y asumir que el sueño de volver a la pantalla con un lío de peso se había desvanecido. Después de todo Flor ahora es productora de teatro y no conviene pelearse con ella, habrá pensado Vives.
Mirá el de Fernanda Vives y Evangelina Anderson, por