Se trata del estudio de unos científicos británicos, publicado en Times Online, quienes desarrollaron un sistema llamado "comunicación cerebro a cerebro", el que permite enviar mensajes que se forman en el cerebro de una persona, a través de una conexión de Internet, al cerebro de otra que puede encontrarse a varios kilómetros de distancia.
Especialistas de la Universidad de Southampton, Inglaterra, empezaron los primeros experimentos (pasos de bebé, según sostuvieron), hacia el desarrollo de una tecnología que permita enviar pensamientos, palabras e imágenes de una mente a la otra.
Muchos lo ven como el futuro de las interfaces, sacando del medio a teclados, Mouse, teléfonos e incluso bocas. Esto necesitará, en principio, una gran cantidad de ancho de banda.
Los primeros experimentos permitieron enviar una serie de dígitos binarios (secuencias de ceros y unos) entre cerebros. Para eso, los científicos diseñaron la interfaz cerebro-computadora, que permite a las máquinas analizar las señales cerebrales. La innovación consiste en hacer que esas señales vayan a otro cerebro a través de Internet.
Durante la transmisión, dos personas fueron conectadas a electrodos que medían la actividad en ciertas partes del cerebro. La primera persona generó una serie de ceros y unos, en base al movimiento de su brazo izquierdo cero- y el derecho uno-.
La computadora del primer sujeto reconoció los pensamientos binarios y los envió, a través de la Web, a la computadora de la otra persona. Así, tomó unos 30 segundos para enviar unos 4 números de esa manera.
No es exactamente telepatía, porque no se envía un pensamiento específico desde un cerebro a otro. Todavía falta, por ejemplo, que la segunda persona sea conciente de la información que se le está siendo enviada.
Según los estudios, será posible, eventualmente, crear un sistema para enviar mensajes sólo con los pensamientos. Claro que eso requerirá electrodos conectados al esqueleto o implantados en el cerebro mismo. Por supuesto, eso plantea inconvenientes éticos.
La idea es que, en principio, en unos 30 años, sea posible pensar un mensaje y que aparezca en el celular de otra persona. Pero para que lo haga en la cabeza de otra, es otro cantar.