Después de haber protagonizado un confuso episodio en el que un taxista la llevó al medio de una favela para, según ella, secuestrarla, Wanda Nara respira tranquila y comparte tiempo con su familia para olvidar el susto.
"Me pasó por ingenua, por confiada, y ahora estoy avergonzada, porque no puedo hacer esto ahora que tengo a mi hijo. Temí por la vida de mi hijo y ahora que estoy más tranquila me doy cuenta de que nos salvamos de milagro. Valen tiene 6 meses, y me muero si le pasa algo. Y esto fue tremendo, el momento más duro de mi vida. Siempre fui rebelde con el tema de tener seguridad privada pero voy a tener que cambiar", aseguró la rubia.
Además, adelantó que tomará cartas en el asunto: "Maxi tuvo que viajar para jugar con su equipo, pero en cuanto vuelva vamos a hacer la denuncia. Quiero que se investigue todo para evitar que le pase a otra persona".