León Gieco y su espectáculo "Mundo Alas" - compuesto junto a gente con capacidades diferentes- llegaron al corazón de la 49 edición del Festival Nacional de Cosquín, en su séptima luna que contó además con el protagónico de "Dos orillas" a cargo de Teresa Parodi y Liliana Herrero.
En el comienzo de la velada que contó con alrededor de 10 mil personas en la plaza "Próspero Molina", fueron Teresa Parodi (quien cumplió 25 años de su consagración en el festival) y Liliana Herrero con su espectáculo "Dos orillas", quienes lograron el silencio del público que escuchó el sentido de la palabra en la voz de la correntina y la entrerriana.
"Piedra y camino" de Yupanqui", "Caminito" de Fernando Barrientos, "El violín de Becho" de Zitarrosa", la "Oración del remanso" de Fandermole y los temas de Parodi, "Esa musiquita", "Canto labriego" y "La canción es urgente", lograron un "silencio de teatro" en la plaza del folclore, para terminar con la ovación final.
León Gieco y su proyecto "Mundo alas" (realizado con gente con capacidades diferentes), emocionaron durante su actuación a un público que vivó a su ídolo, pero que no pudo contener alguna lágrima en sus ojos, de acuerdo a lo que estaban viendo sobre el escenario.
"Mundo alas", cuyo documental, libro y disco verá la luz el 26 de marzo, fue protagonizado por Carina Spina, Maxi Lemos, Ale Davio, Demian, Pablo, Pancho Chevez, Ballet Amar y pintores, quienes junto a su anfitrión Gieco y su banda, desgranaron composiciones clásicas del cantautor de Cañada Rosquín.
Luego de los temas "Cachito el campeón de Corrientes", "Guitarra" y "El ángel de la bicicleta", entonados por Gieco, se proyectó el video trailer Mundo Alas con la presentación del conductor Raúl Romero de la compañía e inmediatamente comenzaron a sucederse temas como "Todos los días un poco", "Carito", "Cinco siglos igual", "La memoria", "Ojo con los orozco" y "El fantasma de Canterville".
Los bises llegaron con todos en escena en la interpretación de "La cigarra" y "Sólo le pido a Dios", con el inmenso coro de la plaza Próspero Molina.
Gieco demostró una vez más su solidaridad, sentido común y ejemplo de vida, que nada tuvieron que ver con otros momentos de artistas que se pelearon por discutir si cantaban dos o tres temas más y el horario en que podían salir por televisión.
Precisamente por respeto al documental que se estrenará en la pantalla grande el 26 de marzo, Canal 7, no pudo transmitir esas imágenes.
La noche tuvo otros picos fuertes de alto nivel artístico como la actuación de la cantora sanjuanina Claudia Pirán quien estrenó temas de su nuevo disco del estilo de "Corazón", "Zamba del carnaval", "Volveré siempre a San Juan" y dos versiones muy personales de "Chiquitita" de Abba, "Fuiste" de Gilda y el final con su himno, "Honrar la vida" de Eladia Blázquez.
El Dúo Coplanacu trajo toda la magia de la chacarera santiagueña bien secundados por el Cuarteto de Cuerdas Magnolia y el grupo de percusión Magnolia y el cantautor y poeta riojano, trajo la palabra complementada con la música de su tierra con invitados de la talla del trío Martínez-Jaurena-Ciavattini y la coplera salteña Mariana Carrizo.
La banda Arbolito junto al grupo de percusión La Chilinga conducido por el ex Piojos, Daniel Buira, le dieron un toque diferente en cuanto a ritmos a la velada y la participación como invitada de la dulce voz de Verónica Condomi y la cantante coscoina Paola Bernal volvió a mostrar sus dotes de intérprete en una actuación donde se destacó su versión de "La colina de la vida" de Gieco.
La danza estuvo muy bien representada por los virtuosos bailarines santiagueños Koky y Pajarín Saavedra y la obra conceptual "La Pampa es un viejo mar", protagonizada por Delfor Sombra, Edith Rossetti y Lalo Molina, volvieron a traer al escenario de Cosquín, la música de la llanura, por algunos años olvidada.
Completaron la noche: Suyay, Sebastián Coronel, la Delegación de la Provincia de Santiago del Estero y el ganador solista vocal masculino pre Cosquín, el mendocino Gustavo Troncoso.
Una noche de alto nivel artístico pero por sobre todo emoción en la figura de un "grande", que tiene justamente la sencillez y la humildad de su talento como lo es León Gieco.
(Télam)