Aunque es inevitable la pregunta alrededor del amateurismo, la fama fácil y lo efímero, Saatchi parece convencido por los hechos: entre lo expuesto en su galería virtual, ya vendió obras por 150 mil euros sin que el comprador la haya visto personalmente. Además, lanzó un blog donde los artistas pueden interactuar con los visitantes. Un camino virtual de la mano de un señor que no asiste a vernissages y cree que el arte contemporáneo, con menos solemnidad, puede ser de calidad.