Su figura lánguida y esbelta, sus enormes ojos claros, la pasión con que habla de música, esa postura de chica warrior que arrasa en un mundo plagado de hombres. Ninguna de sus virtudes bastaría para describir el encanto de Romina Cohn, la DJ local más glamourosa y estrella de cada cabina a la sube. Porque lo que más impacta al conocerla es su sentido del humor.
"Bueno, acá estoy construyendo mi bulo...", ensaya divertida frente a la cámara mientras señala los edificios que se divisan crecer desde el séptimo piso. Un balcón es el lugar que ella eligió para hablar de sus proyectos: su gira internacional que la llevarán por Japón para estrenar el 2007; un disco que está grabando en plan productora, la escritura del guión de un largometraje en su perfil realizadora; y para opinar sobre el mundo que mejor conoce: "Si Kurt Cobain estuviera vivo... agarra y los mata a todos", ironiza sobre las versiones del rock de las que la electrónica según dice abusó.
Repasa las preguntas. Se le proponen alternativas: ¿Cuáles son los djs más atractivos del circuito? "Ehhhh... Laurent Garnier, DJ Hell.... ¿atractivos? Vos querés que bardee en todas las preguntas, ¿no?", suelta. Se pone seria. Cuenta que su club de fans la sigue a todos lados, que viajaron hasta Mar del Plata cuando en menos de una semana estaba presentándose en Buenos Aires. "Está bueno porque además de la cosa de fan, se interesan mucho por la música. Incluso me consultan cosas y uno de ellos piensa lanzarse como DJ", se enorgullece.