Nació Joaquín, el hijo de Fernando Gago y Verónica Laffitte, y volvió a estar en escena una historia que tiempo atrás provocó uno de los escándalos más resonantes del ambiente deportivo y mediático. Los ojos también se posaron en Gisela Dulko, exesposa del entrenador y protagonista involuntaria de aquel triángulo que terminó en un divorcio cargado de dolor.
Lejos de cualquier controversia, Dulko optó por expresarse desde la tranquilidad y el foco puesto en su presente.
La extenista compartió en sus redes sociales una serie de postales de su entrenamiento, donde se la ve disfrutando del ciclismo, disciplina que se convirtió en uno de sus refugios emocionales.
Acompañó las imágenes con un mensaje conciso pero simbólico: “Sumando kilómetros y disfrutando el camino”. Sus seguidores respetaron ese tono y evitaron comentarios sobre el nacimiento de Joaquín, manteniendo el espacio libre de polémicas.

EL ESCÁNDALO GAGO-DULKO
La historia entre Gago y Laffitte comenzó varios años atrás, cuando ambos coincidieron en el colegio al que asistían sus hijos. La relación entre Verónica y Gisela era cercana, lo que convirtió la posterior traición en un golpe especialmente duro para la extenista.

El escándalo explotó cuando Dulko comenzó a sospechar del vínculo entre su marido y su amiga, dudas que terminaron confirmándose de forma abrupta.
En su momento, fue Yanina Latorre quien relató cómo se desencadenó la separación, aportando un textual que quedó marcado en la crónica del caso: “Un día en la cena ella le preguntó ‘¿vos estás encamándote con ésta?’. Y él le dijo ‘sí, estoy enamorado’, le aceptó todo y al otro día se fue, se mudó”.
Ese episodio selló definitivamente el final de la pareja y dio comienzo a un periodo complejo para Dulko, que atravesó la ruptura prácticamente en silencio público.




