De entre todos los atuendos que Furia utilizó durante su estadía de seis meses en la casa de Gran Hermano, eligió para ir a la entrevista íntima con Santiago del Moro y los “analistas” un vestido ablusado sin mangas y un pinzado tan amplio que le generó un blooper en vivo.
Todo comenzó cuando Furia se apareció en el estudio de El debate de Gran Hermano con un muñeco de un bebé con el pelo pintado de rosa y envuelto en una manta que le dificultaba manifestar su histrionismo.
Santiago del Moro puso al aire un informe con todas las reacciones que generó la participación de Juliana a lo largo de seis meses y el final, a pura lágrima, emocionó a la exparticipante al punto de que tomó un pañuelo de papel para limpiarse los ojos.
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“Se fue todo al cara… y ahora yo, con el pañuelo… ¡Virginia! ¡Virginia!”, dijo mientras se secaba las lágrimas y fingía llorar a cántaros. Furia dejó el sarcasmo de lado para explicar que “entró al certamen para cambiar su vida respecto a lo económico”.
“Como todo argentino, que laburamos día a día, me sentía muy ahorcada con el hecho de no poder comprarme nada. Era trabajar para comprarme lo básico y esto parece que fue algo que pensé que jamás iba a llegar”, dijo antes de atender a una pregunta de su admiradora Laura Ubfal.
Pero al momento de que la periodista iba a hacer una pregunta, un mal movimiento dejó al descubierto uno de los pechos de Furia. “¡Ay, perdón! ¿Me quedé en tetas, no?”, dijo ella acomodándose la ropa y dejando el bebé en manos de la producción.
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