Como pocos, ha logrado combinar el prestigio actoral con el éxito de la taquilla. Relatos Salvajes es, sin dudas, el último ejemplo de ese equilibrio tan difícil de alcanzar. Pero además de dar cátedra a nivel artístico, el actor ha sacado a la luz en más de una oportunidad su costado más sensible.
"En la escuela había algo mío que molestaba porque si no, no entiendo por qué recibí tantas agresiones. Les parecía que era un acto de soberbia de mi parte intentar hablar bien, eso me valió varias palizas".
Un año atrás, sus declaraciones en Animales Sueltos, resultaron una sorpresa: “¿Para qué sirve la plata? ¿Para vivir mejor de lo que yo vivo? Yo me pego dos duchas calientes por día. La ambición te puede llevar a un lugar muy oscuro”,
Ricardo volvió a mostrarse a flor de piel en una entrevista que brindó en La máquina de escribir voces, el ciclo que conduce Julio Leiva en radio Vorterix los sábados. En la nota, Ricardo habló como nunca del bullying que sufrió en la escuela.
“Aprendí a convivir con la violencia propia desde muy chico. Era un niño muy flaquito, muy vulnerable, frágil físicamente. Padecí bastante mi escuela primaria, me resultaba hostil y permanentemente había una confrontación física a ver quien la tenía más larga”, contó.
Analizando la situación de violencia que padeció, Darín aseguró: “En la escuela había algo mío que molestaba porque si no, no entiendo por qué recibí tantas agresiones. Les parecía que era un acto de soberbia de mi parte intentar hablar bien, eso me valió varias palizas. Todos los días era sobrevivir y creo que por eso no termine de estudiar”, concluyó sobre por qué no finalizó sus estudios secundarios.
"Yo conozco a Susana la de las zapatillas; la que si te falta uno al arco, va al arco. Cuando la conocí, tenía 22 años y ella deslumbraba por su frescura, su sentido del humor".
Un tema recurrente en el discurso de Darín, pero que no deja de resultar una mirada distinta, es el de su relación con la fama: “La fama en sí misma no es un valor. Ser famoso es una garcha. ¡Vos no podés querer ser famoso! ¡Es como querer ser pelotudo!”, opinó sobre la importancia que tantos le dan al status de “celebridad”.
Más relajado y divertido, Ricardo reveló cuáles era sus técnicas de seducción (hoy está felizmente casado con Florencia Bas, madre de sus hijos): “Me defendía con chispa y hacía gala del humor. También buscaba un poco de misericordia, imaginate que era un flaquito vulnerable con rulos y cabeza grande”.
Un nombre inevitable en la entrevista fue el de Susana Giménez, su más famoso amor, con la que hoy mantiene una amistad que parece inquebrantable: “Yo conozco a Susana la de las zapatillas; la que si te falta uno al arco, va al arco. Cuando la conocí, tenía 22 años y ella deslumbraba por su frescura, su sentido del humor. Luego, descubrí que era una gran compañera de truco y eso nos acercó. Formamos una muy buena pareja de truco y volteamos varios muñecos”.
Un Darín tan auténtico como refrescante…