La comedia romántica, que se tornó un apasionado policial, tuvo su gran capítulo final. Mis amigos de siempre, la tira de El Trece que protagonizaron Nicolás Cabré, Gonzalo Heredia y Nicolás Vázquez cerró con un final inconcluso, como para que cada espectador elija imaginar su desenlace favorito.
Con la anunciada salida de Natalia gracias al ascenso, Julián (Heredia) se libró de las tentaciones que le representaba la jefa policial y reconquistó a Bárbara (Emilia Attías), quien le concedió otra oportunidad.
Mientras tanto, las cosas no fueron tan simples para Simón, quien debió afrontar la huida de Tania (Calu Rivero), quien se fue de la ciudad a pesar de que el romántico frenó el micro e intentó seducirla. Pero, las sinceras palabras que le dedicó en una carta manuscrita, y el paso del tiempo, lograron que la morocha regrese rendida a sus brazos.
La mayor de las felicidades fue para Manuel (Vázquez), quien luego de mucho intentarlo se enteró de la forma más insólita que sería padre junto a Leo (Manuela Pal). Fue al usar el baño después de su mujer que el rubio encontró el test de embarazo con las milagrosas dos rayitas.
Claro que no todo podía ser felicidad, ya que Rocío (Agustina Cherri) rechazó la declaración de amor de Maxi (Benjamín Rojas), porque continúa enamorada de Simón. Entonces, eligió estar sola.
Con espíritu de niños, pero asumidos como adultos con responsabilidades, el trío de amigos regresó a la cancha donde nació todo. Allí, Julián propuso a Simón y Manuel que si el chico que pateaba el penal marcaba el gol, volverían a jugar al fútbol, pero ya en un excéntrico torneo de veteranos. Y la pelota… ¡Mirá el video!